3 días después...
DAVINA
Los ojos me pesan, la cabeza me da vueltas, las náuseas vuelven aparecer provocando que quiera vomitar más no lo hago que fuerzas para levantarme de esta cama no tengo. El cuerpo entero me duele y todo por culpa de la maldita porquería que me ha estado inyectando Reiner desde que desperté en esta habitación.
—Black, deberías dejar de inyectarle el suero. —escucho la voz de un hombre cuando abro de a poco mis ojos— Henrickson dijo que la mantuviéramos tranquila no que la torturáramos.
—Este es mi modo de mantenerla tranquila.
—Maldito hijo de perra—suelto al tiempo que abro mis ojos por completo —Lo que sean que quieran obtener de mí no lo van a conseguir.
Logro apenas decir, mi garganta está seca, no he tomado ni comido nada en todas estas... ¿horas? ¿días?, no lo sé. He perdido la noción del tiempo.
—Has vuelto a despertar—sonríe burlón acercándose a mí—Creo que ya sabes lo que te toca, preciosa. —siento la punta de la aguja en mi cuello erizándome de completo miedo que no se lo demuestro.
Suficiente regocijo obtiene con escuchar mis gritos desgarradores de dolor y sufrimiento cada que vacía el suero en mi sistema.
— Reiner, no le inyectes de vuelta—niega con la cabeza sin quitarme los ojos de encima. —Al menos deja que coma algo ya luego lo haces—alega el hombre detrás de él.
Posa su pulgar sobre mi mejilla sobándola con sumo cuidado. El asco que me causa es repugnante, prefiero que me den el suero antes que sentir su asqueroso toque.
—Eres una perra muy hermosa—besa mi cuello y juro que la respiración se me entrecorta.
Quiero apartarlo, quiero golpearlo mas no puedo. El peso de mi cuerpo no me lo permite.
—Quita tus malditos labios de mi cuello y juro que te mataré rápido —lo amenazo con el miedo consumiéndome por dentro.
Ríe dejando la jeringa en el piso.
—¿Crees que estás en condiciones de amenazarme? —se coloca ahorcadas de mí restregando su erección en mi entrepierna. Trago duro con el pánico quemándome las entrañas. —Horacio, retírate.
Miro al hombre detrás y él parece dudar pero termina yéndose.
«No»—Pienso cuando su mano se cuela por debajo de la tela del pantalón que me pusieron. «Esto no puede pasarme a mí. No puede ¡joder!»
—Quiero follarte Davina—llega a mi entrepierna y el miedo da paso al terror que se instala por todo mi cuerpo. «Quiero pegarme un tiro. — Quiero saber lo que se siente estar dentro de ti.
El pulso se me dispara y creo que dejo de respirar por breves segundos cuando siento su fría mano en mi intimidad.
—¡Quítate hijo de puta!—suelto un grito desesperado removiéndome bajo su cuerpo.
No lo hace.
Me abre la blusa que traigo de un tirón quedando el contorno de mis senos a su vista. Frota su mano sobre mi intimidad mientras su boca se apodera de mi cuello con lamidas y chupadas que amenazan con soltar el llanto que estoy reprimiendo.
«Por favor, no...»
—¡Juro que tu muerte será lenta y dolorosa! —lo amenazo al tiempo que baja mis pantalones junto con mi braga hasta sacármelas.
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Caos (Duología Desastre #1)
Romansa-¡Deja de actuar como si fuese de tu propiedad!-pongo mis manos sobre su torso y lo empujo para que suelte mis hombros. -Sigue repitiendote eso hasta que te lo creas bonita,pero ambos sabemos que tú eres solo mía y que nadie toca lo mio-sonrie con m...