𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓺𝓾𝓲𝓷𝓬𝓮

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Cinco y Helena en el apocalipsis, 6 horas desde su llegada

-Cinco tengo hambre, busquemos comida

-Tienes razón debemos buscar comida, no sé cuánto tiempo estemos aquí

-Y también tenemos que buscar un lugar para dormir, muy pronto va a oscurecer

-Igual algo con que cubrirnos del frío, vamos busquemos las cosas

Después de buscar comida por todo el lugar, encontraron 1 lata de atún y un burrito que compartieron.

Encontraron un edredón un tanto grande y muy calientito. Se refugiaron en una esquina que tenía escombros de edificios a su alrededor.

Cinco se despojo de su saco, chaleco, camisa, corbata y zapatos para quedar en camiseta y pantaloncillos, Helena igual que Cinco saco su saco, zapatos, chaleco, corbata, falda y camisa para quedar en licra y camisa de tirantes.

Doblaron el edredón para no acostarse en el piso directo y con la otra mitad del edredón se taparon. Sus cuerpos estaban demasiado juntos y eso hacia que el frío disminuyera. Ambos estaban bocarriba tapados con el edredón

Narra Cinco

-Cinco -dijo Helena llamando mi atención

-Dime - volteé a verla, sus ojos estaban rojos al igual que su nariz y sus mejillas, pues tardo mucho tiempo llorando

-¿Cuanto tiempo crees que estemos aquí? -preguntó ella volteando a verme

-Pues voy a recuperar energía y nos podremos ir a casa 

-Bien -contestó ella fijando su mirada en mis ojos

-Lo siento -dije en susurro

-¿Sentir que?No te entiendo -contestó de igual manera

-Perdón por traerte aquí, es mi culpa -dije apartando mi vista de la suya

-No es tu culpa cinco -tomo mi mentón para que la viera- no estoy enojada contigo ni nada de eso

-No debí traerte conmigo, ahora está aquí sufriendo por mi culpa

-Hey no es tu culpa, yo sabía los riesgos que tenía este viaje y los acepte. No me arrepiento de aceptarlos porque si hubieras emprendido tu viaje sin mi, ahora estarías aquí pero solo y yo estaría en la academia muriendo de preocupación porque no llegas, y sacando varias conclusiones de lo que te pudo haber pasado.

-Te amo Helena -confesé en susurro- desde los ocho años lo hago -dije acercando mi rostro al de ella

-Yo igual te amo cinco -contestó acercando su rostro

Nos dimos un beso corto y lento pero muy tierno. Me transmitía tranquilidad estar con ella.

En la academia a 2 días de la partida de Número Cinco y Ocho


Narra Luther

Hace dos días que Helena y Cinco se fueron de casa. Todos aquí estamos muy preocupados y tristes esperando su llegada con ansias y que donde sea que estén se encuentre bien, pues son mis hermanos, los quiero y me preocupo por ellos.

En parte me siento culpable porque yo pude hacer algo para evitar que se fueran, pude detener a cinco, pero en no lo hice y me quedé sentado sin dejar de comer.


Estaba en mi cuarto leyendo un libro cuando de repente se escuchó un estruendo que proviene de la parte baja de la casa, bajo corriendo con la esperanza de que cinco y ocho ya hayan regresado, pero al llegar lo que veo, es a mis hermanos Klaus y Ben que rompieron un jarrón de la sala.






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𝓕𝓵𝓸𝓻𝓮𝓬𝓮 𝓔𝓷𝓽𝓻𝓮 𝓔𝓼𝓬𝓸𝓶𝓫𝓻𝓸𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora