EXTRACTOS DE EXTRAORDINARIA
Mi vida como número siete
Al Diego irse de la casa, mi padre no mostró rastro alguno de importarle el bienestar de mi hermano en lo absoluto, algo que a mi me desconcertó, pues la actitud que tomo cuando se fueron número ocho y número cinco fue totalmente diferente.
La tristeza de mi madre se reflejaba en su rostro, sus cejas bajas hacia el centro sobre su nariz, los párpados superiores caídos, la mirada baja y perdida, sus hermosos ojos estaban vidriosos y ya no tenían ese brillo que siempre se reflejaba al ver a todos mis hermanos juntos.
Y era entendible, pues cuatro de sus ocho hijos se habían ido. A pesar de ser un robot sin sentimientos, pienso que mi madre desarrollo sentimientos hacia nosotros, aquellos "te amo" que nos decía cada noche antes de dormir y las muestras de cariño que nos daba a toda hora, era mi madre quien nos los decía, nunca fue mi padre.
Academia Umbrella
Narradora
Y ahí se encontraba el, en medio de esas cuatro paredes, posado en su gran silla de cuero café, atrás de aquel hermoso y antiguo escritorio. Ese salon donde había pasado la mayoría de sus días desde hace ya algunos años, fue testigo de sus tristezas, angustias y furor.
Su mirada perdida, sus manos unidas y brazos recargados en el escritorio, dio vuelta en la silla y miro pensativo aquella esquina de la habitación, se levanto y fue directo a la puerta, puso el seguro en esta y rápidamente se dirigió nuevamente a aquella esquina, saco algunos libros de la repisa que ocultaban una caja de acero y hormigón, una caja fuerte.
Muchas personas normalmente ocupan este tipo de cajas para guardar cosas de valor como dinero, joyas, papeles de propiedades etc... Reginal al ser un hombre millonario, pudiente, dueño de muchas propiedades y socio mayoritario de muchas instituciones, pensaríamos que guarda este tipo de documentos en esta caja.
Pero la verdad es que Reginal ahí guardaba los tesoros mas importantes, aquellos que eran únicos de los cuales solo el sabia de su existencia.
Pi, pi, pi, pipi, *sonido de caja abriéndose (multimedia)
Al estar abierta, miro adentro de la caja y una sonrisa se forma en sus labios, tomo en sus manos un folder con papeles que ahí tenía guardados, este sobre decía "número ocho".
Se dirigió a su escritorio con los papeles en manos para sentarse, al abrirlos empezó a observarlo con detenimiento.
Flashback
Reginald se encontraba en la sala de estar mientras leía tranquilamente un libro, eso hasta que percibe a los lejos un llanto y zapatos pisando fuertemente la madera del escaleras.
Deja a un lado el libro y posa su mirada en dirección a la gran entrada de la sala, de esta se puede mirar a una pequeña niña corriendo, al estar la pequeña Helena frente a Reginal el puede observarla mejor.
Ceño fruncido, sus ojos cristalizados y rojos, al igual que la punta de la nariz, las mejillas levemente mojadas por las lágrimas.
- ¿Que paso número ocho? -pregunto Reginald al verla
-Es que -sollozo- me pegue -empezó a llorar mas fuerte y sus palabras no eran tan entendibles.
- Tranquila ocho, tranquila -acerco su mano a la trenza derecha de Helena, y la acaricio hasta llegar a la terminación de esta.
-Estaba jugando en el pasillo y -sollozo- me peque con la mesa aquí -señalo su cabeza y comenzó a llorar.
Y sin pedir permiso, Helena se acerco a Reginald y le dio un fuerte abrazo, este algo sorprendido y sin saber que hacer, correspondió su abrazo sobando su espalda y pequeña cabeza.
-Ya no llores, mejor ve por una hoja y colores.
(...)
Y ahí estaba ella, la pequeña Helena recargada en la pequeña mesa de centro, dibujando en silencio.
- Mira, lo dibuje para ti -le entro el dibujo a Reginald y este la vio para luego observar el dibujo- es un mar y estos son tirubones
-Es tiburones, y gracias es muy lindo.
Fin del flashback
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Hola bellas
lamento mucho tardar en actualizar, pero estoy escribiendo otro libro.
No olviden votar si les gusto el capitulo y comenten
¿Que piensan sobre Reginald?
¿Grace está así por la ausencia de sus hijos o será por otra cosa?
Síganme, me ayudarían mucho
Bye
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𝓕𝓵𝓸𝓻𝓮𝓬𝓮 𝓔𝓷𝓽𝓻𝓮 𝓔𝓼𝓬𝓸𝓶𝓫𝓻𝓸𝓼
Fanfiction8 niños adoptados desde pequeños, entrenados para salvar al mundo ¿De qué salvaremos al mundo? Era la pregunta que siempre se hacían. Tomaban a su padre por loco ya que no había nada que detener salvo que robos, secuestros etc. etc. Desde pequeños...