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Se murmuraba que había un homosexual en el cuartel, algo no permitido y muchos menos aceptado para los demás.

Él no tenia perdón de Dios, era una blasfemia, desagrado y asco total era lo que sentian sus otros compañeros pero ¿que de malo tenía amar?. Solo quería ser amado, pero no era un alma joven, sin embargo su amor aun se mantenía fresco, aunque haya sido aprisionado.

- He escuchado los rumores de que hay un marica entre nosotros- Escucho a lo lejos- es por eso que daremos busqueda a esa basura y lo haremos pagar por poner en ridículo nuestra institución.

Pero no solo era él, conocía el secreto de que alguien mas pasaba por una situación similar, solo no tenia el poco corazón para delatar y porque se veía en los mismos aprietos.

- Saben que eso es una mierda - Escupió con rabia el teniente- tenemos a un chupa pollas que se vino a ser el héroe.

Sintió como aquel hombre imponente posó sus ojos sobre él, como si quisiera traspasar su alma y ver sus secretos, como si fuera menos por amar

*Este capítulo es muy importante en la historia, no lo olviden. Capítulo cortito.

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