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Jungkook examinaba el rostro de Jungtae con una expresión fría en sus facciones. Sintió una de las manos de Taehyung apretando su brazo ligeramente llamando su atención.

La expresión del castaño al momento de mirarlo era de total confusión, sus ojos iban de él a su padre, quien veía de manera sorprendida a Jungkook, como si lo conociera pero a la vez no. A parte de él, Kook podía deducir lo que pasaba por la cabeza del padre de Taehyung, tal vez encontraba un cierto parecido con él o simplemente la culpa y el remordimiento lo carcomía por dentro. Eran simples deducciones por parte de Jeon, sin embargo, él sí reconocería ese rostro en cualquier parte.

Negó al escuchar su verdadero apellido una vez más, los días que estarían ahí, simplemente quería limitarse a saber la verdad, pero no quería que Taehyung la supiera porque eso rompería el corazón del castaño. Jungkook sabía que la confianza para Kim era más que importante, no sabía muchas cosas de su pasado pero no tenía que sumar dos más dos para saber que posiblemente Tae paso por cosas difíciles, que lo hicieron un chico duro que solo quería afrontar la vida, pero por dentro necesitaba amor, más allá del que sus padres pudieron darle.

— Un gusto señor, soy Jungkook.— Hablo tendiéndole la mano.

Pudo ver la pequeña sonrisa que apareció en el rostro de Taehyung y la culpa se hizo más grande dentro de él.

Ambos caminaron hasta la pequeña sala de la casa, algo hogareña y cálida por dentro, eso le hizo sonreír, porque podía relacionar a Kim como un hogar. La casa estaba rodeada de cuadros, la mayoría de un Taehyung en diferentes etapas de su vida, incluso una foto llamó su atención; era el castaño junto a sus padres, pero Jungtae tenía el uniforme del cuerpo policial, foto que fue tomada el mismo año del suceso.

Su pecho comenzó apretarse en rabia, camino hasta un pequeño altar donde había un tarro blanco con un florero de flores frescas y la foto llamo aun mas su atención, hizo uso de su memoria, pero no logro recordar a alguien, en cambio, sonrió con un poco de nostalgia, porque la dulzura que transmite aquella persona en la fotografía, era la misma que Taehyung cargaba y le brindaba día a día.

— Papá nos ha preparado algo de comer, piensa que hemos llegado cansados del viaje.— Habló una voz a sus espaldas.

Volteo a ver a Taehyung y se acercó lentamente hasta acariciar su mejilla con suavidad. Los ojos de Kim brillaron con un sentimiento que Jungkook no supo descifrar en su momento, pero estaba dispuesto a hacerlo.

Acercó sus labios a los de Tae, dispuesto a darle un beso, porque aunque hubieran cosas de las cuales hablar entre los dos, no quería tenerlo lejos y ese solo sentimiento lo confundía más. Quería a Kim, lo hacía demasiado, los meses que ha pasado junto al menor en salidas o simplemente hablando, han hecho su monótona vida más feliz, pero no estaba seguro de si él era bueno para Taehyung. Le miente y lo hace a diario, había espiado al castaño, las "sorpresas" para Kim las había escuchado a propósito, para sorprenderlo y ganarse su confianza, la mayoría de las cosas habían sido planeadas, menos esa vez.

La vez que hizo el amor con Taehyung.

Aunque el licor había llenado el sistema de los dos, esa vez Jungkook fue consciente que no solo había desnudado y besado el cuerpo de Kim, sino también su alma, aunque no lo aceptara aun, esa vez el castaño de bella sonrisa se llevó algo de su corazón, algo que temía que le regresara una vez se enterara de la verdad.

Si es que se enteraba.

Un carraspeo lo sacó de sus pensamientos, abrió los ojos viendo el rostro sonrojado de Taehyung y tras él, su padre, quien los miraba un poco recelosos.

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