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Jungkook no pudo contener la ansiedad que le generaba estar en aquella sala de audiencia. Sería uno de los últimos casos que atenderá antes de tomarse un descanso, que por supuesto significaba entregarse voluntariamente a la policía y con ello contarle toda la verdad a Taehyung. Esa mañana había hablado con el castaño un par de veces, haciéndolo reír y por supuesto remarcando en su mente cuánto le quería, aunque esas palabras no salieron y al contrario decidió pedirle un favor como excusa, para poder verlo y hablar con él.

Taehyung merecía la verdad.

Camino hasta donde se encontraba Yoongi, que por petición del mismo, lo acompañaba ese día. Se sentó junto a él y comenzó a marcar el número del castaño, quien no contestaba y un sentimiento de angustia que se instaló en él.

— ¿Llamando a tu Julieta?— pregunto Min burlón.

— Tendría que haber estado aquí hace diez minutos, de seguro surgió algo.— contestó

mirando el celular con preocupación.— Yoongi ¿de casualidad cerraste todas las puertas?

Jungkook quiso ignorar el silencio de su amigo, trató de contenerse pero al ver la cara más pálida de Yoongi se dio cuenta de algo importante. Aquella puerta a la que nadie más podría entrar seguramente quedó abierta.

— Dime por favor que no es esa puerta.

— Estoy seguro de que la cerré, Jungkook, solo saque la copia de unos documentos y mantequilla entró y...

El azabache se levantó casi sin respiración y caminó hasta la puerta del tribunal, pidiendo disculpas por su ausencia y prácticamente salió corriendo hasta subir al vehículo de Yoongi, quien subió seguido de él. El pelinegro se mordió el labio con nerviosismo. Era consciente de que Min no tenía la culpa, sin embargo, el enfado que sentía era hacia él mismo.

Sin importarle realmente las señales de tránsito, en menos de quince minutos logró llegar a su vivienda, ingresando se topó con un Jimin quien estaba mirando hacia aquella puerta preocupado de que Taehyung no saliera ni le respondiera.

— ¿Taehyung está allí?— preguntó señalando esa habitación en específico.

El rubio asintió mirando a Yoongi y pidiendo algunas explicaciones que llevaron a una pequeña discusión entre ellos dos. Sin importarle, Jungkook caminó hasta esa puerta con un nudo en su estómago. No entendía porque ese sentimiento, sabiendo que todo era culpa de él, pero aún más recayó ese sentimiento al ver a Taehyung tirado en el piso viendo específicamente hacia las paredes, donde varias fotos de él se podían ver.

El castaño volvió a mirarlo y aquellos ojos preciosos le dejaron helado. Era decepción lo que veía en ellos, ya no era cariño, ni amor, ni anhelo, era solo decepción y eso se clavó en el corazón del azabache.

Taehyung se levantó lentamente y lo miró como si fuese un desconocido.— ¿Quién eres?

Si fuera otro panorama, Jungkook con gusto hubiese respondido con algún chiste, pero esta vez no sabia que responder.

— Taehyung yo...

— ¡Te pregunte quien mierda eres!— grito señalando la pantalla del computador.— ¿Jeon Jungkook? ¿Ese es tu nombre?

El azabache asintió tratando de acercarse.— Si... Soy Jeon Jungkook.

Taehyung se rió casi histéricamente, casi llorando y llamando la atención de los otros dos invitados quienes se encontraban detrás de Jungkook.— ¿Qué sabes de mí? ¿Por qué tienes fotos mías y una maldita cámara que apunta a mi habitación?

— Taehyung, yo...

— ¡Confíe en ti, Jungkook!— grito llorando con cólera e interrumpiendo al azabache.— Te pregunto una última vez. ¿Quién eres Jeon Jungkook?

Jeon suspiro, dejando salir todo lo que había guardado bajo una mentira.— Soy Jeon Jungkook, soy abogado y profesional en software.— miro una vez más a Taehyung, sintiendo su corazón caerse al ver al castaño así.— Soy el sujeto que tu y Jimin buscan, soy J97.

Taehyung trago con fuerza y se mordió el labio inferior tratando de controlar el inevitable llanto que se avecinaba. Un sonido detrás de ellos los sacó de aquella plática. Jimin había golpeado en una de las mejillas a Yoongi,  quien seguramente tampoco se había enterado de nada.

— Llama al jefe, Jimin, dile que hemos encontrado al sujeto.— dijo finalmente el castaño, limpiándose las lágrimas y acercándose a Jungkook.

— Necesito que me escuches Taehyung, todo esto no era en contra de ti, yo simplemente necesitaba darle final a un pasado tormentoso.

— ¿Eso incluía mentirme?— preguntó apretando las manos para contener la rabia.

— Por supuesto que no.

— Te burlaste de mi.— miro a Yoongi que estaba aún sujetando su mejilla.— Se burlaron de nosotros, apuesto a que tu cómplice también disfruto de acostarse con mi amigo.

— No es así Taehyung, todo esto no los incluía a ustedes... simplemente aparecieron y bueno, se incluyeron en el plan.

Una vez más el castaño lo miró con aquellos ojos vacíos.

Voces fuera de la habitación se escucharon, el capitán Min había entrado con más uniformados, esposando primero a Yoongi y luego a Jungkook.

— ¿Conoce a los sujetos, Kim?— preguntó el capitán Min, viendo todas las fotografías alrededor de ellos.

Taehyung miró a Jungkook, sin un ápice de compasión.— Si señor.— respondió negando, como si se respondiera a sí mismo.— Pero deseo nunca haberlo hecho señor.

— Taehyung debes creerme.— habló nuevamente el azabache, sin importarle el dolor que sentía al escuchar aquellas palabras.— Todo lo que pasó entre nosotros no estuvo en esta red de mentiras, debes creerme.

Antes de contestar, el capitán Min se puso frente a él, riendo con desgano mientras observaba al pelinegro ver salir a Kim de aquella habitación.— Así que es usted la pequeña rata.— golpeo el hombro de Jungkook.— Tiene derecho a guardar silencio y a un abogado, en caso de no tenerlo, se le asignará un abogado de oficio. Todas sus pertenencias serán confiscadas, incluyendo la tarjeta de profesión que tiene para ejercer como abogado.

— Min, usted sabe porque lo hice.— declaró con rabia el pelinegro.

— No señor Jeon. Yo sabía quien era como abogado, no como la pequeña rata que nos ha estado acechando e incluso se atrevió a dormir con uno de mis trabajadores.

Jungkook negó ante aquellas palabras, él no sabía acostado con el castaño por todo el plan.— Necesito hablar con Taehyung.

— Por supuesto que lo hará Jeon, el agente Kim declarara en contra suya para el juicio, después de todo fue una víctima más.— señaló al policía que lo sostenía.— Llévalo a la celda 08 y a su compañero a la celda 09 en la penitenciaria central, que no les quiten los ojos de encima.

Jungkook salió de aquella habitación buscando a Taehyung, pero este no se encontraba allí, solo pudo ver las llaves que le había dado a Kim con la intención de que entendiera que ahora su hogar también era de él.

Porque Taehyung para Jungkook era un hogar, uno que se había desmoronado por sus mentiras. 

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