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Esa mañana Jungkook se levantó con un humor de perros, no quería ni siquiera que el sol visitara su ventana para darle un poco de luz a su oscura habitación. Habia tenido una pequeña conversación con uno de sus clientes, el hombre exigía que fuera él quien llevara su caso; un divorcio, dos hijos de por medio y un pobre perro.

¿Qué culpa tenia de que el hombre no supiera manejar su matrimonio? Sin duda alguna el mundo lo odiaba y para colmo aun no tenía mas pistas sobre su caso personal.

Se levantó perezosamente para iniciar su día, no sin antes darle unas pequeñas caricias a su gato 'manchas', realmente era un nombre de mierda segun Yoongi, pero él tenía poca imaginación y el gato unas cuantas manchas.

Después de tomarse veinte minutos para asearse y ponerse decente bajo a la cocina encontrándose con su compañero mirando un punto fijo mientras disfrutaba de un tazón colorido de cereal, odiaba esos aros de colores.

- Tienes una cara de mierda.

Escucho a sus espaldas.

- Tu sigues teniendo la misma cara de imbécil- Replicó Jungkook.

- Vale, tienes razón- Encogió sus hombros mirándole- pero que elegancia la de Francia, ¿una cita?.

El pelinegro bufo negando, no había un solo día donde Min Yoongi no pensara en otras personas.

- Ya quisiera- Contesto tomando su café- tengo un caso que resolver con un cliente, ya sabes, un divorcio.

Torció la boca en un gesto de desagrado, sinceramente no quería escuchar razones estúpidas, quería algo válido.

Min le dio una mirada de compasión antes de pararse y acercarse a él.

- Anoche pensé en algo.

- Iluminame con tu diminuto cerebro.

- Ya que eres un puto mirón, deberías espiar la cámara del chico este- Hizo un gesto con sus dedos- Ya sabes, por si la posibilidad hay de que tenga, el hijo de ese bastardo.

La idea no sonaba tan mal desde otro punto de vista, sin embargo apenas y tenía unos datos de él, podría mover sus influencias como abogado, aunque fuera un poco arriesgado.

- Lo pensare, sabes que no es tan sencillo.

Se despidió del otro dándole una palmada en el hombro, salio rápidamente a tomar el autobús, aun contaba con algo de tiempo para llegar a su encuentro. Tomó el primer autobús que llegó, estaba un poco lleno, sin duda alguna entrar seria incomodo pero no podía darse el lujo de esperar otro.

Entro empujando a algunas personas y recibiendo pequeños codazos, eso aumentaba un poco su estrés. Agarro el tubo de apoyo para sostenerse y no caer cada vez que el conductor frenaba de manera brusca.

En una de las paradas pudo observar a mas gente esperar, pero alguien había llamado su atención. Esta persona se encontraba de perfil, con unos audífonos, se le hacía conocida aquella cabellera castaña, la había visto antes, era el mismo corte que su mente traía en vagos recuerdos.

Era eso o su imaginación por no dormir bien iba en aumento.

Una vez llego al trabajo dio por sentado su día, tomó asiento escuchando la parte de su cliente y la contraparte.

Así paso media hora escuchando alegos, yendo y viniendo con pequeños insultos, algunas razones eran válidas pero otras no tanto. Por supuesto le parecía algo estúpido que pelearán por el simple hecho de que al hombre se le olvidara sacar la ropa mojada del baño o como a la pobre mujer se le quemaban los wafles del desayuno.

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