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Taehyung iba comprobando de reojo a Jimin, quien atendía las órdenes que le daba sobre el trabajo que haría mientras él tomaba unas pequeñas vacaciones. Habían acordado hablar a diario para seguir con el caso de J97, uno de los más complicados para resolver que han tenido hasta el momento.

Con Jungkook habían acordado ir juntos a visitar a su padre, después de aquella charla hace días atrás con el azabache, quedaron de dar un paso arriba, tal vez con ello su relación de un algo avanzaría. Él lo recogería en media hora, por lo tanto debía terminar de explicarle a Jimin su trabajo, sobre todo que no involucra a Yoongi.

Jugando con el trozo de papel, le explico a Park los archivos que debía releer y marcar con cinta amarilla para enviarlos a archivo, también el que estuviera pendiente de las pequeñas pistas de J97, pero sobre todo le recalco el que Yoongi no debía entrometerse en el trabajo de ellos dos.

Taehyung desconfiaba un poco de Yoongi.

Luego de media hora pasada, las manecillas del reloj marcaron la hora en la que Jungkook pasaría por él. Ganándole el nerviosismo, se despidió de su compañero de casa, saliendo por la puerta con las maletas en mano y el corazón saliéndose de su pecho. Golpeo el piso con el tacón de sus zapatos, antes de ver un auto negro acercándose a su paradero.

Al parecer Jungkook había alquilado un auto, algo que lo alivio.

Camino hasta el baúl del carro, golpeándolo un poco para que el piloto lo abriera. Dejo las maletas adentro, fijándose en un maletín negro en el fondo que de alguna manera lo inquieto y por un momento su mente evoco recuerdos de él y Jungkook en la misma cama. A Taehyung le había costado mucho los días posteriores a esa noche no pensar mucho en cómo el calor del azabache lo había abrazado.

Se sentó en el puesto del copiloto en total silencio, escuchando un pequeño "hola" por parte de Jungkook, quien iba totalmente ensimismado en manejar, sin embargo, Taehyung noto el pequeño temblor en sus manos mientras salían de la ciudad para dirigirse a su pequeño pueblo, donde solo dos horas de diferencia lo separan de su padre a diario.

Kim frunció las cejas cuando vio el desvío que Jungkook tomó, se le hizo un poco extraño, al parecer el azabache quería prolongar un poco más la llegada a su antiguo hogar. Impaciente, volteo a verlo esperando que también lo mirara.

— Por aquí no es el camino, Jungkook. — habló llamando la atención del contrario.

— Lo sé, solo quería que tuviéramos un tiempo más los dos.

— Pensé que estabas ansioso por ver a mi padre, pero al parecer tienes nervios de algo.

Por un instante, Taehyung vio el cambio de color en su piel, de uno natural a un pálido, pero no se detuvo a observarlo detalladamente, tal vez Jungkook solo quería impresionar a su padre y él solo se hacia películas.

Taehyung tamborileo los dedos en la ventana del auto, tratando de tararear una parte de alguna canción olvidada. Entonces recordó un pequeño detalle.

— Tal vez deba decirte que mi padre es considerado el alguacil del pueblo y a veces lo acompaño a sus reuniones con los chicos jóvenes que desean entrar al cuerpo policial.

Jungkook levantó las cejas y pasó saliva.

— No tengo problema, podemos ir los dos.

Solo se limitó a asentir y cerrar los ojos por unos minutos.

Dos horas después, Taehyung se levantó algo desorientado. Echo un vistazo por la ventana y se fijó en que finalmente habían llegado a su destino, al parecer su ratito de descanso lo desconectó del mundo por un momento. Escuchó la puerta de al lado ser abierta, por lo que sintió el fuerte aroma de Jungkook llegar nuevamente al auto.

— Pensé que tal vez tendrías hambre, así que compre algo para que comas antes de llegar a tu casa.

Jungkook le tendió unos pequeños pasteles de arroz, estaban calentitos y se veían exquisitos, seguramente los había comprado donde la señora Minhae.

— Gracias.

El camino a su casa fue nuevamente silencioso, veía de vez en cuando a Jungkook, quien apretó la mandíbula en más de una ocasión, aunque para Taehyung fue muy atractivo.

Cuando llegaron, tuvo que esperar a que Jungkook bajara las maletas, sin embargo, detallo que no había bajado el maletín negro que tanto lo inquietaba. Iba a preguntarle por aquel maletín, cuando la puerta de su casa fue abierta dejando ver a su padre. Camino junto al azabache, quien se tenso por unos segundos.

Su padre le sonrió pero cuando vio a Jungkook su expresión se congeló, por un momento iba a preguntar que pasa, pero la pregunta de Jungtae dejo todo el lugar en silencio.

— ¿Jeon? 



Finalmente pude subir capitulo, uno corto para suavizar la marea. Espero estos días hayan cuidado de ustedes. Si les apetece leer algo nuevo, estoy centrándome en una nueva historia que tendrá mucha música ochentera y cosas muy bonitas de esa época. 

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