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Taehyung sonreía frente al espejo viendo su ropa de arriba hacia abajo. Estaba muy feliz por su salida con Jungkook, los pingüinos eran su animal favorito y realmente no sabía como el azabache había adivinado pero estaba encantado de ir.

Escuchó unos pasos acercarse a él, era consciente de que Jimin no estaba del todo feliz porque saliera con él, aun así fue su amigo quien lo ayudó a elegir su conjunto de ropa y fue él quien también ayudó a peinarlo.

— Nunca me contaste lo que ocurrió hace unos días con Jungkook.

Tae se sonrojo con solo el recuerdo.

Cuando salía del trabajo había recibido un mensaje de Kook diciéndole que lo recogería y así fue, lo encontró en su zona de trabajo esperando por él, lo había llevado a su restaurante favorito a cenar y finalmente antes de dejarlo en casa le había robado un pequeño beso que dejó a Taehyung en otro planeta.

No sabía realmente qué tipo de bromance llevaba con el azabache, simplemente se sentía bien, era atento, lo cuidaba y sobre todo siempre adivinaba las cosas que le gustaban para sorprenderlo. Pero a veces su preocupación aumentaba hasta el punto que llamaba a Jungkook en las madrugadas para desahogarse y funcionaba porque el azabache le cantaba hasta apaciguar todo lo mal que sentía.

El caso en su trabajo seguía siendo una incógnita, la lista de sospechosos que tenía se había reducido en una cantidad impresionante pero aun así la persona dejaba mensajes sospechosos y pistas que lo envolvían en una red sin salida, lo que más le descolocó era los lugares precisos, como si escuchara sus conversaciones sobre todo con Jungkook a quien le contaba cómo seguía todo.

Al ser un abogado tenía la plenitud de que lo ayudaría en caso de ser necesario y confiaba plenamente en eso.

— Solo fue una salida de amigos.— Contestó terminando de poner la boina encima de su pulcro cabello rizado.

— Claro, solo amigos.

El timbre sonó sacándolo de su pequeña charla con Jimin, pego un pequeño salto antes de bajar las escaleras para abrir, sin embargo su pequeño amigo bajó rápidamente y fue quien abrió quien recibió al azabache con una mala mirada.

— Lo quiero antes de las once en casa.—Fue todo lo que comento antes de dejar salir a Taehyung.

— No eres mi padre, Mimi.

Este solo le dio un beso en la mejilla antes de cerrar la puerta sin despedirse de la otra persona.

— Perdona a Jimin, no ha tenido muy buena mañana.

Jungkook se acercó acariciando su mejilla izquierda, sonrió tomando su mano y dándole un pequeño apretón .

— Tranquilo, Yoongi también se ha levantado con cara de culo. ¡Hasta me ha pegado un puñetazo!.— Dijo bromeando.

Taehyung sin embargo no le dio risa y tomó con delicadeza su rostro inspeccionando el pequeño moretón que tenía, su cara de preocupación quitó la sonrisa del rostro de Kook.

— Te ha golpeado, no debería ser una broma Jungkook.

— Solo ha sido una pequeña discusión por algo tonto, no dejemos que eso nos arruine nuestra cita.

El rubio lo miró con una sonrisa.— ¿Es una cita?.

— Claro que sí, pensé que mi mensaje había sido claro.— Respondió.— Así que debemos aprovechar el día.

Jungkook había traído su motocicleta, sería un trayecto pequeño y no quería liarse con el parqueo del vehículo.

El rubio subió asegurándose de abrazar lo suficientemente fuerte a su compañero de viaje como para no salir a volar; Jungkook era simplemente amante del riesgo y el era un cobarde al que le gustaba seguir los pasos del otro. Si, era masoquista.

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