Capítulo 1.- Soledad

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—Buenos días, pasen por favor

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—Buenos días, pasen por favor. Vamos a trabajar en conjunto para que todo quede muy bonito —anunció una chica chaparrita de cabello castaño y curiosos ojos color marrón verdoso.

Ella ayudaba a una familia de cuatro integrantes a acomodarse en un sofá decorado a gusto de los solicitantes. Estaban en un estudio profesional donde jóvenes estudiantes de universidad podían trabajar medio tiempo. Dicho establecimiento se encontraba ubicado dentro del centro comercial más grande de aquella pequeña localidad.

—Buenos días, mi nombre es Miles y yo soy el fotógrafo que les atenderá el día de hoy —saludó un chico rubio de ojos color negro mientras preparaba unos pequeños reflectores, para luego encender una máquina que hacía burbujas.

—Bien, necesitamos que todos se relajen y se sientan cómodos —la chica guio a cada participante a tomar su lugar correspondiente.

—¿Cuándo estarán listas las fotografías? —Preguntó un hombre de cabello canoso, él era quien había solicitado dicho servicio.

—En dos días. A la salida mi compañera Bianca le dará su comprobante para venir por ellas —la chica sonrió con amabilidad y como ya estaban listos, caminó alejándose un poco para no salir en las tomas.

—Abril —el chico llamó a su compañera— por favor, enciende la máquina de las burbujas.

—¡Claro! —Respondió con una enorme sonrisa.

Miles encendió la radio con música clásica para hacer más agradable el ambiente y muy pronto iniciaron con la sesión fotográfica.

Hubo risas entre todos, los chicos hacían muy bien su trabajo y a pesar de que eran nuevos, aprendieron rápido y sobre todo, trabajaban en equipo.

A las dos de la tarde terminó la jornada del turno matutino, esa era la salida de los chicos. Juntos habían encontrado este empleo y el jefe era muy amable con ellos. Al terminar, solían irse los tres a la universidad, sin embargo tendrían pocas clases esta semana debido a que todos los profesores estaban recibiendo un curso de capacitación.

—¡Abril, amiga! —La chica corrió al mismo tiempo que se colgaba su bolso en el hombro —¿Viste lo guapo que luce Miles el día de hoy?

—¡Claro que sí! —Abril estaba emocionada— Ay Bianca, creo que ese chico es el amor de mi vida.

—Pues si no es el amor de tu vida será el de la mía, porque está muy lindo y más allá —bromeó.

—¿No se supone que tienes novio? —Abril se cruzó de brazos.

—Sí, pero en el corazón no se manda, amiga —Bianca comenzó a reír.

—Amiga no nos puede gustar el mismo chico, creo que estamos mal de la cabeza, fue una terrible idea que consiguiéramos trabajo los tres juntos.

La Sonrisa De VladDonde viven las historias. Descúbrelo ahora