Capítulo 4.- Salir al mundo

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A la mañana siguiente, Abril estaba en su lugar de trabajo, a punto de iniciar su jornada

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A la mañana siguiente, Abril estaba en su lugar de trabajo, a punto de iniciar su jornada.

—¡Buenos días,  hermosa! —Saludó Miles, abrazándola por la espalda y dejando un beso en su mejilla.

—Hola, buenos días —ella sonrió soltándose discretamente se aquel abrazo sorpresivo.

—Hablé con el dueño, tiene disfraces de muchas cosas en la bodega, para que los niños se sientan más cómodos para tomarse la foto ¡Hoy vestiré el traje de un vaquero!

—¡Ay no, Miles! Olvídalo, esas cosas tontas no me gustan.

—Muy tarde, elegí para ti el traje de una linda elfo ¡Hasta incluye las orejas puntiagudas!

—Mejor mátame —Abril se cruzó de brazos.
 

—Por favor —suplicó el chico, haciendo pucheros casi como si fuese un niño pequeño.

—No.

—¡Por favor!
 

—¡Que no!
 

—Me lo debes por la cita que me cancelaste, además a Bianca le encantó la idea. Ella eligió un traje de princesa galáctica y se ve genial —Insistió.

—Pero esas cosas no me gustan a mí.

—El jefe dijo que si no nos vestimos los tres, ninguno podrá hacerlo —Miles literalmente se puso de rodillas.

—¡Miles ponte de pie! —Abril rodó los ojos— Bien, me pondré esa cosa.

—¡Sí!

Emocionado, Miles se puso de pie y le dio un abrazo de esos que hacían que Abril quisiera que la tierra la tragara y se la llevara lejos de ahí.

Media hora más tarde, Abril ya estaba arreglada con su disfraz de elfo.

—Quedaste muy hermosa —Miles le dio un beso en la mejilla.

—Muchas gracias —Abril sonrió algo forzada, le incomodaban un poco los halagos con tanta azúcar— tú también luces muy bien en ese traje de vaquero.

El chico la tomó de las manos y sonrió con emoción acercándose mucho a ella.

—¿Puedes salir conmigo hoy? Hay algo que quiero preguntarte.

—¿Qué cosa? —Preguntó curiosa, dejando a un lado el mal humor que le causó el vestirse así.

—Cuando salgamos te diré —la sonrisa de Miles era encantadora y coqueta— así que cuando termine nuestra jornada podemos salir juntos y hablamos.

—Salgamos, pero dame un adelanto. Quiero saber lo que me vas a decir.

Mientras hablaban, se percataron de que Bianca venía saliendo del vestidor, son su disfraz ya puesto.

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