Capítulo 13.- Sueños que duelen

66 9 23
                                    

De nuevo esa pesadilla, aquella donde sus sueños y su vida se hacían pedazos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

De nuevo esa pesadilla, aquella donde sus sueños y su vida se hacían pedazos.

Aquel horrible sonido que le calaba los huesos, metal rompiéndose, cristales haciéndose trizas, el ruido de la lluvia azotando contra el asfalto como una fiera tratando de destruirlo todo.

Sus gritos llenos de terror y miedo, calaban en su corazón. Sus lágrimas mezcladas con sangre y la incapacidad de poder salir de allí.

No se sentía como un sueño, más bien era volver allí. De nuevo estaba atrapado dentro del coche destrozado. Estaba solo, no había nadie que le brindara algo de ayuda.

Había oscuridad, sus ojos se cerraban sin permiso. A ratos estaba allí, a ratos su mente perdía el conocimiento. Todo pasaba tan lento y pausado, como si cada segundo fuera un agónico y eterno momento.

No podía distinguir el paso del tiempo, tal vez solo fue un momento, tal vez pronto lo sacarían de allí.

El vehículo quedó volteado con las llantas hacia arriba y pensó que iba a morir.

Más su mente era un desastre, el recuerdo se repetía en desorden una y otra vez. Como si fueran piezas de un rompecabezas tratando de acomodarse sin encajar. 
 

Todo se repetía, de nuevo comenzó a llover, la visibilidad del camino era tan dificultosa. Vladimir apagó la radio y bajó la velocidad de su vehículo, e hizo un gran esfuerzo por poner atención en el camino.

Gotas gruesas de lluvia se impactaban contra el parabrisas, aquello lo hizo pensar en detenerse en alguna parte.

En eso, su celular sonó a un lado de él, en el asiento del copiloto. Volteó solo un segundo para tratar de tomar el teléfono, por el sonido sabía que era un mensaje de su novia Cordelia.

Tan solo un segundo apartó la mirada del camino, y el volante se fue de un lado y por aquel movimiento el vehículo se movió bruscamente haciendo que invadiera el carril opuesto, por lo que casi se choca de frente contra un camión de doble remolque.

El susto le congeló la sangre, trató de volver a su carril, pero todo pasó tan rápido que perdió el control de su vehículo por unos momentos, más lo consiguió. Volvió a su carril correcto sintiendo toda la piel erizada y el corazón latiendo como un loco por aquel susto.

<<Eso estuvo cerca>> se dijo así mismo y suspiró en alivio. Apretando con fuerza el volante, respiró profundamente solo una vez, solo para entrar en pánico nuevamente.

Por el espejo retrovisor alcanzó a ver las luces altas de otro vehículo, y un segundo después, aquella unidad lo alcanzó dándole un fuerte e inesperado impacto en la parte trasera del coche y lo sacó del camino.

Las llantas derraparon en lo mojado del asfalto, esta vez el coche de Vladimir salió disparado contra el muro de contención y por la fuerza del accidente, el automóvil rodó varios metros más adelante.

La Sonrisa De VladDonde viven las historias. Descúbrelo ahora