Capítulo 24

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—Duerme Rose, mañana será... bueno más tarde, será otro día.

—Está bien, dormiré, pero no te muevas de aquí en toda la noche. —Lo señalo con un dedo y él ríe por lo bajo.

—Tú si quieres que Tom me odie.

— ¡Saliste con mi hermana!

— ¡No no! ¡Ella salió conmigo!

Abro los ojos con molestia, el sol me daba en toda la cara por las cortinas abiertas, gruño poniéndome de pie a ver que rayos ocurría abajo, esos gritos me tenían harta desde hace veinte minutos.

Mi cabeza dolía, me quejo acariciándome y buscando mis zapatos regados, bajo las escaleras para ver a Raley, Tom y Hwan junto a Hunter reunidos en la sala, Hunter como siempre cagándose de risa de nuestra situación, Hwan tenía los ojos muy abiertos mirando a Raley con las manos en la cadera, Raley estaba en medio de la sala intentando hacerlo entender que Tasha fue la que se pegó a él y lo invitó a bailar, y que ella fue la que le dió su número.

—Yo, Raley Toms, no hubiera ido a ligarme a tu hermana si supiera que era tu hermana. —Dice las últimas dos palabras gritando con desesperación.

— ¿¡Te ligaste a mi hermana!? —Raley resopla y se va marchándose a la cocina, Hwan lo sigue discutiendo por detrás. Yo desde las escaleras empiezo a burlarme, esto era demasiado cómico.

— ¿Cómo supieron que era su hermana? -Hunter señala la dirección en la que ambos se habían ido divertido, estaba recargado en mi sofá con sus brazos cruzados.

—Se acercó a él, ya sabes que...

Él me interrumpe—. Que los ángeles no pueden acercarse a su familia. —Levanta una ceja como si fuera absurdo.

—Sí. —Aprieto mis labios callada, ya que era lo mismo para él y prefería no hacérselo recordar.

— ¿Cómo estuvo la fiesta ayer? Para ser la primera que organizamos en esta casa fue una bomba, deberíamos hacer más. —Tom se veía alegre y entusiasmado, pero yo no era tanto de fiestas.

—Estuvo bien —Recuerdo todo lo que pasó ayer con Hwan en mi habitación—, muy bien.

—Mamá te envió un regalo, llegó hace rato, me imagino que no te lo dijo porque era sorpresa, es esa caja morada. —Señala una cajita pequeña morada con moñito dorado de decoración que estaba en la mesa de la sala. La tomo rápidamente curiosa.

Comienzo a destaparla, me encuentro un collar con mi letra dorada, era la "R" y tenía varias estrellas pequeñas.

—Es hermoso, le tendré que llamar a mamá para agradecerle. —Se la muestro a Hunter como niña pequeña presumiendo su juguete.

—Sí, es linda Cooper.

—Mamá se lució. —Amaba los pequeños detalles, eran tan especiales, con saber que alguien se acuerda de ti se convierte en algo valioso.

—Mira que tengo aquí. —Tom saca por debajo de su camisa una misma cadenita, pero con su letra, nunca la había notado.

—Mamá nos hizo el mismo detalle. —Observo la cadena que estaba en su cuello.

—Esta me la dió en mi cumpleaños número quince, hace nueve años, no me gusta utilizarla porque se maltrata, pero la usé ayer en tu cumpleaños por ser una noche especial.

—Son tan lindas, yo... me iré a tomar un baño y a abrir los regalos que me trajeron, gracias por todo ayer me la pasé genial. —Agradezco con una sonrisa, le doy un corto abrazo a Tom y después le picoteo el abdomen con mis dedos índice varias veces, él ríe y yo como niña pequeña salgo corriendo a mi cuarto en busca de mis obsequios.

Ángel Guardián Negro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora