Capítulo 22

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— ¿Me estás invitando a tu pequeña celebración sabiendo que tengo que cargar a donde vaya a Ash? —Pregunta Giant entrando a nuestra última clase del día, este sí se me había pasado volando y ya faltaba poco para salir, al llegar a casa tenía que buscar un atuendo lindo.

—Ash es demasiado bella, traela, yo seré feliz de que ella venga a partir el pastelito. —Imaginarme a Ash en mi fiesta me daba demasiada ternura, ya quería verla, me sacaba muchas sonrisas.

—Vaya, parece que ya estás enamorada de mi hermanita, te la regalo si quieres.

— ¡Giant! —Lo regaño, él toma asiento en la misma mesa de siempre burlándose, yo de costumbre me siento a su lado, él remueve su cabello revolviendolo peinandose.

— ¿Has hablado con....? —Intento juguetear haciéndolo misterioso.

— ¿Con quién? —Pregunta sin entender mi juego.

—Pues con Mad, tontuelo, a caso no entiendes. —Me quejo y él abre un poco su boca sorpresivo.

—Ahhh, sí, bueno no hemos hablado, ella siempre está hechizada bajo los libros y realmente distraída como para darse cuenta de todos los chicos que babean por ella.

—Es que tú no te le has acercado. —Lo sacudo un poco del hombro brindándole ánimos, él coloca su muñeca en su barbilla y su codo sobre la mesa como si estuviera cansado.

—Ni lo haré, creo que estaré bien así un tiempo.

—Bueno, será como tú lo desees.

Él cambia de tema, me ve curioso— ¿Has vuelto a ir a tu casa antigua? No quiero sonar molestoso pero me gustaría volver a ir, sabes es como una casa tenebrosa y me gusta el terror. Con todo respeto.

Yo me burlo— Oye, gracias.

—O sea, tú sabes que luce algo abandonada, me da emoción solamente, describir que haya por ahí. Además, nadie sabe que fuimos. —Dice lo último bajito, como si fuera secreto.

—No necesitas susurrar.

— ¿Volveremos no?

—Sí, regresaremos un día, pronto. Mi hermano no se puede enterar, o no ahora.

— ¿Recordaste en dónde podría estar la llave? La del candado.

—No, no he recordado nada sobre haber visto alguna llave especial.

—Bueno, aún tenemos tiempo para seguir buscando y...

Madison interrumpe la charla con Giant, ella le toca el hombro por detrás con el cuerpo inclinado un poco y él la observa sobre su hombro, su mano permanece en él.

—Giant, no he podido entender del todo bien el nuevo tema de biofísica, será que puedes explicarme... —Ella alarga las palabras algo apenada, él baja sus ojos a su mano reposada en su hombro.

—Mad... sí sí, vayamos. —Giant se coloca de pie siguiéndola hasta detrás a su mesa, me echa una mirada de que lo ayude y yo comienzo a reír. Tenían suerte de que la maestra parecía que no llegaría.

— ¿Cuál te gusta más? —Intercambio ambos vestidos en sus correspondientes ganchos sobreponiendolos en mi cuerpo, Raley observa su celular.

—El amarillo.

—Raley, ni siquiera hay uno amarillo. —Me quejo por su falta de interés, él despega su vista de la pantalla sorprendido.

—Lo siento, el azul cielo está bellísimo Rose, estaba hablando con Tasha, dice que ya casi está por terminar de maquillarse y me envió unas fotos.

Ángel Guardián Negro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora