Capítulo 28

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Estiro mis brazos cómodamente, había dormido mejor que nunca y sabía exactamente la razón, la razón tenía nombre. Hwan.

Me levanto con una sonrisa gigante, corro como niña pequeña a abrir las cortinas para dejar el sol entrar a mi habitación, observo la hora en mi celular, siete de la mañana. Mis clases empezaban a las dos, así que tenía toda mi mañana libre.

Decido vestirme lo más pronto posible, y maquillarme algo sutil para el día de hoy. Bajo de mi habitación y me dirijo a la cocina para encontrar a Tom hablando por teléfono, no le tomo importancia, seguramente era uno de sus amigos.

Me subo a un banco de la isla de la cocina y lo observo esperando a que termine de hablar, para que me cuente quién era.

—Claro mamá, tenlo por seguro que yo se lo diré, yo también los quiero, llámame cualquier cosa que necesiten estaré atento.

Oh, son mis padres.

Bajo la vista sin ninguna expresión, el escuchar su nombre me traía malos recuerdos, por ahora lo último que quería era verlos y escuchar de ellos, no estaba lista para fingir que estaba bien y que no sabía toda la verdad.

—Vale mamá, cuida de papá sabes que se pone muy nervioso —Tom ríe viendo hacia otra dirección—. Adiós mamá.

Cuelga el celular y lo guarda en su bolsillo, se gira hacia mí y me acerca un plato cubierto con una tapadera plateada.

— ¿Es para mí?

—Es tu comida favorita.

Paso saliva al ver su cara de alegría, estaba a nada de rechazarlo pero la forma en la que me sonreía me hizo sentir mal, lo tomo dándole una ligera sonrisa que después se desvanece, me concentro en destapar el plato y me encuentro una lasaña. Sí era mi comida favorita.

Pruebo un poco con mi tenedor y sonrío al tener el sabor en mi boca, comer lasaña me ponía feliz.

—Hoy pasaré por ti a la hora de la salida.

—Está bien.

—Mis padres... están empacando para venir.

Quedo en shock al escuchar esas palabras, mis papás vendrían a casa, después de un año sin verlos, era el momento menos indicado.

— ¿Ah, si?

—Llegarán en un par de días, Rose.

Él se recarga en la islita frente a mi viéndome comer, une sus manos con sus dedos entrelazados.

—Pues los felicito.

— ¿Qué planeas hacer?

—Tom yo... quiero que me cuentes como era él.

Él suspira echando sus brazos al aire sujetando su cabeza por detrás, con pesadez.

— ¿Edward? No recuerdo mucho sobre él Rose...era demasiado pequeño yo... solo  él estaba muy feliz de ti.

Un sentimiento de tristeza me inunda por dentro al pensar en él y como él hacía lo mismo por mí.

—Le hice una promesa, hicimos una promesa... cuidarte.

— ¿Cuidarme de quién?

—Él me dijo que te cuidara, como hermano mayor. Eso es lo único que recuerdo.

—Entiendo. —Limpio rápidamente mis ojos antes de comenzar a derramar una lágrima.

—Por esa misma razón, yo no podía contartelo, sé que hice mal, sé que debí haber hablado antes, entenderé si necesitas tu espacio, puedo quedarme en mi habitación.

Ángel Guardián Negro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora