Capítulo 26

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— ¿Cómo te sientes? —Giant me extiende una taza con agua, desde que llegamos hace aproximadamente dos horas nadie había pronunciado ninguna palabra, mucho menos Giant había tocado el tema, tan sólo estaba sentada en el borde de su cama.

—Me duele todo. —Admito viéndolo a los ojos, él me regala una sonrisa de medio lado apenado.

—Puedes quedarte aquí lo que necesites, no te preocupes.

—Gracias Giant, la cabeza me va explotar de todo lo que tengo dentro.

—Discúlpame tú a mí por presionarte a volver a ese lugar sólo porque quería una aventura.

Suelto una pequeña risa melancólica y niego lentamente—. Era algo que sucedería, tenía que enterarme de algo así.

—Pero oye... no asumas nada, no sabemos quién era él en verdad, ¿qué tal si no era parte de tu familia?

—Su habitación estaba ahí, en mi casa, Giant.

—Pero... Rose, quizá no es como lo imaginas, piénsalo.

—Tom lo hubiera negado ahí mismo y siguió mintiéndome, por eso todos insistían en que no fuera a ese lugar, no querían que me enterara... —Giant se dedica a buscar ropa en su armario mientras yo hablo detrás de él— ,mis padres estuvieron años escondiéndolo, a Edward.

— ¿Qué piensas hacer? No puedes estar toda la vida peleada con tu hermano. —Él deja caer una camiseta a la cama a mi lado.

—Quiero saber más sobre Edward.

Giant me ve impresionado— Rose... disculpa que te lo diga así pero, no sabes si él sigue vivo.

Siento una punzada en mi pecho, resoplo limpiando las lágrimas que intentaban salir de mis ojos, la pregunta de Giant no era inoportuna, él tenía razón, no sabíamos en qué año él nació.

—No lo sé... estoy muy confundida en este momento. —Rompo en llanto cubriendo mi rostro, Giant se sienta a mi lado y me abraza por un costado, yo dejo mi cabeza en su pecho.

—No es necesario que hablemos de esto hoy, tienes que dormir, mañana no iremos a clases, necesitas tomarte un descanso del instituto, te dejaré esta camiseta aquí para que te cambies, y estos shorts, pero te quedarán algo flojos, sólo ajústalos con su cinta. —Él me hace reír ligeramente imaginándome en unos shorts tan grandes para mi talla, se une a mí riendo, después se marcha dejándome sola para que me cambiara.

Despierto y lo primero que veo es a Giant dormido en el suelo con una manta, hago un breve estiramiento de brazos y rasco mi nuca apenas despertando, bajo de la cama y muevo un poco a Giant moviéndolo de su hombro suavemente, él empieza a removerse.

—Giant, despierta.

—Giant, baja a desayunar. —La voz de la madre de Giant suena del otro lado de la puerta.

—Le dijiste que me quedé aquí, ¿no es así? —La cara de Giant lo dice todo. 

—Volvimos demasiado tarde ayer. —Intenta excusarse tallando sus ojos. 

—Que vergüenza será ver a tu mamá. ¿Qué pensará de mí?

—Rose... tranquilízate, cámbiate y bajas a desayunar, después salimos a algún lugar, donde quieras. Mamá nos preguntará por qué faltamos a clases, le inventaré algo. —Él sale de la habitación y yo empiezo a cambiar mi ropa rápidamente. 

Salgo de la habitación después de unos minutos, escucho voces en la cocina y me dirijo hacia allá con la vergüenza recorriéndome todo el cuerpo, veo a Ashly en su portabebé sobre la mesa, la madre de Giant se da media vuelta cuando escucha mis pasos. Giant estaba en la mesa listo para desayunar.

Ángel Guardián Negro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora