Capítulo 4

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Aaron

Hoy si que ha sido un día de locos, un día de no creer. 

Primero lo de la renta, después me han despedido y por ultimo, para cerrar, me atropellan. Y encima la bonita mujer que lo hizo me ofrece trabajo de gigoló. 

Pesé a que lo decía muy seria y con un tono de voz un tanto mandón y escalofriante, me sigo preguntando si iba en verdad. Porque, ¿por que una mujer como ella quisiera que alguien como yo finja ser su prometido? Es evidente que no tenemos el mismo nivel social. No es creíble que no tenga una pareja o a alguien más decente y a su altura para que haga ese trabajo. ¿Tan desesperada estará? 

Ya es de noche cuando me levanto luego de dormir la mayor parte de día. Mi cabeza no paraba de latirme, por suerte los medicamentos que me dio la doctora hicieron su efecto luego de un baño, una taza de té y una buena siesta. 

Tomo mi celular, el cual tiene un rayón que le atraviesa la mitad de la pantalla. Caí encima de el, supongo que tengo que agradecer de que aún prenda. 

"Recordatorio. Partido. En casa. " - es el mensaje que tengo de Josh, mi amigo. 

Pese a que me duele todo el cuerpo, reúno la fuerza para pararme y vestirme. Agarro mis cosas y salgo de mi casa. Bajando las escaleras, me cruzo con Debra, quien va subiendo. 

- Buenas noches, Debra. - la saludo. 

- Buenas noches, Aaron. - me devuelve el saludo. - Luego te paso por debajo de la puerta el recibo. 

Me detengo y me giro para observarla. - ¿Qué recibo? 

- De que pagaste la renta hasta fin de año. - me dice también deteniéndose.  

- ¿Qué? ¿En que momento pague tantos meses de renta? - pregunto confundido. 

- Bueno, no tú, sino tú novia. 

- ¿Qué? - vuelvo a preguntar confundido. 

- ¿Te encuentras bien? Ella me dijo que ibas a estar algo atontado luego del accidente que tuviste. 

- ¿En que momento paso todo eso? 

- Cerca del mediodía. Te bajaste de su auto y ella te acompaño hasta tú departamento. Se fue y volvió a los minutos, te dejo unas cosas y como no quería molestarte me las dejo a mi. Las puse en el cuarto de portería. Te has buscado una chica muy bonita, Aaron. - dice eso ultimo mirándome picara. 

- Gracias... - digo aún con sorpresa. 

Sigo bajando los escalones que me faltan y me dirijo hacía el cuarto de portería. Termino de sorprenderme cuando veo que hay una bicicleta nueva y a su lado veo que hay unas bolsas, que al observar en su interior veo que es comida... latas, cajas, paquetes, condimentos. 

Rápidamente tomo las bolsas y vuelvo a subir hacia mi departamento para dejarlas. Cuando bajo nuevamente, tomo la bicicleta y veo que tiene una tarjeta pegada, en la que se lee mi nombre en grande. Al darla vuelta, veo que es una de esas tarjetas personas de presentación. 

"Annika Virago. Empresaria. Diseñadora de moda."

Recuerdo su mirada de indignación y molestia cuando le dije que no sabía quien era. Pero la verdad es que no soy muy bueno con los rostros y nombres de famosos. A menos que sean deportistas. 

Debajo está su número de teléfono. Mañana tendré que llamarla para agradecerle. 

Me subo a mi nueva bicicleta y comienzo a andar hacía la casa de mi amigo. Me alegra no tener que tomarme el subte, me da algo de claustrofobia lo encerrado y repleto de personas. 

Bajo ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora