Capítulo 17

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Annika

- Pasemos al siguiente tema. - digo hablando por teléfono con Patrick. 

- Lo siguiente de la lista... - me responde él. - Ah si, anoche te envíe a tú email las fotos de las modelos. Necesito que las confirmes.

- Y yo necesito que busques otras. Me gusta promover mi línea de ropa, no una enfermedad alimentaria. Ese no es el mensaje. Busco chicas saludables que luzcan mi ropa. 

- Volveré a revisarlo y te enviare los cambios. 

- Te acabo de enviar la música que quiero que le des al de sonido. Y recuérdale que si oigo en mi pasarela una canción que no sea las que seleccione y será mejor que compre una nueva identidad. 

- Tu mensaje será dado. 

- Dile a producción que aprobé los diseños definitivos, que manden a taller para empezar la producción para el verano que viene. 

- Enseguida lo hago. - me responde. 

- ¿Qué más en la agenda del día? 

- Nada más, Annika. 

- ¿Qué tal todo por ahí? - le pregunto. - No me engañes o lo primero que haré cuando vuelva será despedirte. 

- Como bien me has adiestrado para ser tu minion, todo está en orden. Puedes quedarte tranquila de eso. 

- Nunca estoy tranquila cuando se trata de mi empresa, así te deje a cargo a ti o a la mismísima Coco Chanel. 

- Hablando de tranquilidad y caos, ¿Qué tal todo por haya? ¿Ya has tomado la decisión sensata de escucharme por una vez y mandar a tonto y retonto de vuelta a Nueva York? 

Suspiro con fastidio. 

- Tengo que admitir que una parte de mi si se arrepiente. 

- ¿Qué hizo ahora? ¿Uso mal los cubiertos de la cena?

- Hizo lo peor que pudo haber hecho... hacerse amigo de mi padre. 

- Eso si que.... Aguarda, ¿Qué? 

- Lo que has oído. Anoche Aaron le hizo un favor a mi padre y reemplazo a uno de sus misóginos amigos en un partido de cartas y como ganaron, ahora mi padre lo mira con devoción. ¡Le ha dedicado una sonrisa! 

- Vaya... - dice con sorpresa. - Creo que la única vez que tú padre no me miro con esa cara de rottweiler fue cuando paso a verte a tú oficina y yo me tire mi café encima. 

- Si, ese es mi padre. 

- Igual no entiendo, ¿por qué eso es un problema? ¿Acaso no querías que tus padres lo adoraran? 

- No adorar, me bastaba con que solo fueran políticamente amables. Nada más. No que lo vieran como el yerno perfecto. No van ni 24 horas y ya quieren poner su foto en la pared familiar de mi casa. Mi padre solía decirle a Cameron que se pusiera en las puntas de las fotos, para que cuando mi madre las colgara en la pared lo recortara. 

- Bueno, veló como algo en lo que superas a Kim. 

- Ja, que divertido. - le respondo con fastidio. - A ver si te sigas riendo cuando tengas que vender tú sofá. 

- Ten piedad de tú fiel minion, que mi hermano ya lo ha manchado con salsa y tiene una mancha del tamaño de un globo terráqueo, que dudo que salga. 

Oigo que golpean la puerta de la habitación. 

- Adelante. - digo. 

- Recuerda que tienes también que confirmarme que revista quieres que tenga la exclusiva del desfile. 

Bajo ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora