Capítulo 9

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Aaron

Pese a que, salvo por la ropa más elegante, sigo teniendo mi mismo aspecto, no puedo evitar sentirme extraño. Es como si estuviera usando un disfraz. Aunque en este fin de semana va a ser realmente así. Como dijo Josh, voy a estar representando un papel. Y no me gusta. Si no fuera porque ya firme ese contrato, le diría a Annika que no quiero hacerlo.

Aunque, para ser honesto, no se si me animaría a decirle. De solo pensar en la mirada de sus ojos, un escalofrío me recorre todo el cuerpo.

Pasar un fin de semana lleno de desconocidos hace que se me revuelva el estómago. Y agregarle la presión de tener que estar mintiendo y fingiendo, lo hace peor. Soy muy malo mintiendo, de niño no podía ni mantener esas pequeñas e inocentes mentirillas, ¿¡cómo lo voy a hacer por tres días!? Y encima con la presencia de Annika a mi lado que me deja aún más cohibido.

¿Por que acepte todo esto? - es la pregunta que viene rondando en mi cabeza la mayor parte del tiempo.

La propuesta sonaba divertida, pero no pensé en las consecuencias si esto sale mal. No me cabe duda de que Annika va a colgarme de cabeza de la antorcha de la estatua de la libertad.

Tocan la puerta del departamento.

Me dirijo hacía la puerta y abro.

- ¿Qué sucede? - pregunta Josh entrando. - Tengo que entrar a la escuela en un rato.

- Mira. - me levanto la remera.

- Si, no tienes abdominales, pero estoy seguro de que a Annika no le molestara.

- ¡Eso no! ¡Mi urticaria volvió! Y sabes bien cuando eso pasa...

- Cuando estás bajo mucho presión. - me responde con un tono entre fastidio y burlón.

- No puedo hacer esto. Más cerca estamos del viernes, peor me estoy poniendo. En cualquier momento se me empezara a caer el cabello.

- Que bueno que tienes una melena tupida.

- ¡Te estoy hablando enserio!

- Lo siento, me cuesta tomarte en serio diciendo tantas tonterías.

- ¡No es una tontería! ¿¡Y si me llegan a descubrir!?

Suspira con fastidio. - Ya lo hablamos, Aaron. - dice. - No te estás haciendo pasar por doctor y que existe la posibilidad de que hagan operar a alguien. Solo te haces pasar por el novio de una chica, cuya familia no la conoce, y que ella no los soporta. Por solo tres días. Es pan comido.

- No lo sé... - digo dudoso.

- Mira. Tienes que mentalizarte. Piensa en todo lo que lograras si pasas estos tres días. Te conseguirá una entrevista en esa restaurante tan bonito de Manhattan, con eso y el dinero que te dará podrás comenzar de nuevo con tu nuevo restaurante. La vida te está dando otra oportunidad y tú por idiota vas a arruinarlo.

- ¿Y como hago para no arruinarlo?

- Sencillo. Créelo. Tú puedes hacerlo. - dice. - Además, me tendrás a mi. Así que no te preocupes. - me observa. - Deja de dudar tanto, que cuando quieres conseguir algo das todo de ti hasta que lo logras.

- Gracias amigo...

- Que gracias, ni que gracias. Quiero que te lo digas a ti mismo. - dice. - Ya.

- ¿Es en serio?

- Si. De nada pase supervisando esa charla de orientación en la escuela, algo que me quedo de oír a ese sujeto por dos horas. Vamos, anda.

- Lo lograre.

Bajo ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora