Irracional

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Después de eso no pudimos asistir a las clases, me declaro culpable. En mi caso, la licantropía no era la razón de mis actos, sino la excusa.

Era consciente de que el deseo irracional de quedarme abrazado a él y llenar de besitos mi mordida era, bueno, irracional. Y en mi caso, sin un lobo que incentivase mis acciones, debí haber hecho un intento de controlarme.

PERO ES QUE NO QUERÍA.

Se sentía tan bien, tan calentito.

Incorrecto, un poco tóxico, cursi.

Pero mejor que cualquier otra cosa.

Y por eso continué con el teatro hasta el final, hasta que tuvo que llevarme cargado a un taxi y continuar conmigo como koala hasta su cama.

Largo recorrido, sí.

—Joder, me vas a matar.

—¿Te duele la espalda?

Su mirada se clavó en mí expresando sin filtros sus ansias de estrangularme, le contesté con una sonrisita desde su pecho.

—Eres un sinvergüenza, ¿te lo he dicho antes?

—Yo puedo curarte... Pasaré mi lengua por toda tu columna... Desde la base de tus nalgas hasta tu nuca, todo para hacerte sentir bien, Taehyungie.

Se estremeció cerrando los ojos unos segundos, intentando ocultarme el destello verde que capté por apenas instantes.

—Concentrémonos.

—Claro.

Y el tema quedó olvidado, Taehyung se dispuso a preparar algo de almuerzo y yo decidí no presionar el tema. Tal vez lo que quería enseñarme estuviera relacionado con algo delicado, por lo que mejor me entretenía viendo esas caderitas de un lado a otro.

«Ni en los libros he visto una criatura como Kim Taehyung.»

Eran precisamente sus hebras mojadas las protagonistas de mi mirada, dejó que el olor a canela se expandiera como una onda de choque, gustoso me dejé caer en la cama y llené mis pulmones de su aroma. Una vez leí que puedes cubrir tus ojos para evitar presenciar algo, puedes taparte los oídos para no escuchar; pero lo que no puedes hacer es cubrir tu nariz, bloquear la tentación a la que quieres resistirte.

Porque los olores están mezclados al aire que necesitas para respirar; dijo esa persona que quien controlaba los aromas controlaba el corazón de los hombres.

Y mis manos rodeando la cintura de Taehyung para negarle la toma de distancia, para mantener la cercanía que me permitía acariciar su cuello con la punta de mi nariz; ese olor que había relacionado con seguridad, con peligro y ansiedad, pero también se había vuelto algo que quería tener en mi piel incluso más de lo que deseaba tener el mío.

—Me gusta que te vuelvas así de loco por mí, Jeon.

—Me alegra —contesté con los ojos cerrados, mis dedos perdidos en su pelo—, porque no puedo hacer nada para evitarlo.

Continuamos en esa burbuja de paz, aunque sabía que solo yo estaba cien por ciento en su interior. El tema del que Taehyung me quería hablar le tenía dubitativo, y solo uno provocaba esa ansiedad en el castaño.

Su mamá.

Sin embargo, mis dedos continuaron las caricias en la piel tostada; no tardó demasiado en hablar.

—El estilo de vida de mi mamá condujo a que tuviera que aprender a cuidar de mí mismo antes de siquiera saber leer. Me crió de esa forma; eliminó de la casa todo lo peligroso para mí. No podía bañarme con agua caliente, no podía llenar la bañera, no podía usar el gas así que se encargaba de dejar comida hecha para mí, que comía fría en el tiempo en que ella no estaba —pocas han sido las veces que Taehyung me ha hablado de su madre, me hacía inmensamente feliz que lo hiciera de aquella forma, con aquella calma—. Cuando desaparecía, no podía ponerse en contacto conmigo. Siempre tenía ese miedo de no volverla a ver nunca más, más que el miedo de dormir solo, estaba el terror frío de no poder dormir con ella otra vez —de imprevisto esbozó una sonrisa, una hermosa sonrisa—. Había una forma de saber si estaba bien, teníamos una costumbre ininterrumpible, no importaban las condiciones siempre, siempre, a las ocho de la noche de cada día mi mamá hacía un ruido al que yo, con entrenamiento, reaccionaba. Incluso si estaba escondida, podía hacerlo, a oídos de los demás pasaba desapercibido pero yo sabía reconocerlo. Con el tiempo logré escucharla incluso cuando se ocultaba a las afueras de la ciudad, y eso bastaba para hacerme sentir tranquilo; porque incluso si no estaba bien, incluso si regresaría llena de golpes como a veces la recibía, estaba viva. Y eso era más que suficiente.

Taehyung entrelazó sus dedos con los míos, pero solo supe de su acción por el tacto. Mis ojos estaban atrapados en los suyos.

—Te enseñaré a hacerlo y cuando estés en peligro, llámame de esa forma. Si estamos cerca incluso podré localizarte —su mano acunó mi mejilla, sus labios marcaron de forma invisible los míos—, no te dejaré solo. Pase lo que pase, hazlo, yo iré por ti.

—¿No te dan miedo los recuerdos que puede traerte de vuelta escucharlo otra vez? —pregunté con su respiración entrelazándose a la mía.

—Mi mamá estaría feliz de que use lo que me enseñó para protegerte, estoy seguro.

—Te amo.

Acabé resumiendo con palabras y él, contrario a lo que esperaba, lejos de asustarse, me besó nuevamente y susurró—: Yo también te amo.

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N/A: Segunda actualización del día <3 Con Cazador de estrellas finalizado, le dedicaré más tiempo a esta historia.

Besitos y gracias por el lof ❤️

Against My Nature [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora