Todo es cuestión de nuestra psicología. El ser humano es una bola de caos creada por él mismo ayudado de ciertas pinceladas ajenas en su tormentoso cuadro.
La persona que abiertamente me odiaba me cedió el paso a su casa a media noche; me prestó ropa y preparó chocolate caliente cuando claramente vio el frío que calaba mis huesos. La bestia que en su momento decidió destruirme estaba poniendo desayuno para ambos en la mesita de su sala de estar. Apenas había cupo para un par de tostadas con mantequilla, pero nuevamente él bebía de su café mientras yo disfrutaba del dulzor de la leche.
Desde su habitación fluyía la melodía de un saxofón, bajito pero presente, delicado y fuerte.
—¿Pasaste frío?
—Para nada.
—Bien, última vez que te invito a dormir aquí —. Murmuró de forma repentina y regresó a sorber de la taza.
Cubrí el morro disgustado con la jarra de leche.
—No era mi plan recibir una segunda invitación.
—Roncas más que mi abuela.
Menudo hijo de...
Un pitido insoportable me hizo doblarme sobre mi estómago y cubrirme el oído con la mano libre.
¿Qué era aquello?
Apenas me daba espacio en mi propia mente para pensar.
— ... Jeon?
De imprevisto se disipó; unas manos taponearon mi aparato auditivo y la interrupción del ruido me hizo abrir los ojos de sopetón.
— ¿Q... Qué...?
Comprobé que sus labios no se movían, no me llamaba y por suerte, porque me vería incapaz de responder o siquiera escuchar la pregunta. Parpadeé y comencé a inhalar con lentitud según me indicaban sus gestos, me sostuvo de la cintura y solo una mano mantuvo su lugar de inicio, mi oreja. Preocupado por mi estado me llevó a paso rápido de regreso a la habitación donde dormí, me soltó la cintura y rebuscó en el armario lo que por lo visto eran un par de algodones.
Me sentía un poco dormido... Medio que en una nube. El pitido era un eco lejano y constante en un lado de mi cabeza que no me dejaba concentrarme en sus acciones. Vagamente me entretuve viéndolo pasar el algodón a un lado de mi rostro y mantenerlo pulsado justo bajo la entrada del oído.
— ¿Estás bien?
Pregunté bajitito y recibí una negación por su parte, colocó un índice sobre los mullidos labios en gesto de silencio y yo obedecí.
Ciertamente odiaba el vacío del silencio total. También el ruido, lo detestaba. Un suave y agradable tarareo bastaría para hacerme sentir bien y confortable.
— ¿Jeon?
«Vaya Tae, que lindos tus susurros»
— ¿Qué fue eso?
— Les sucede a los cachorros, cuando no controlas tu audición y te desestabilizas, sucede.
Quería hablar así siempre.
— Mhm... Pasó muy... De pronto.
— Se rompió la vajilla de los vecinos de arriba, impactó contra el suelo y la información fue muy pesada para ti. Por eso tu malestar repentino.
— Vaya...
— Sostén el algodón hasta que termines de sangrar, iré a lavar mis manos.
— ¿S... Sangre?
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Against My Nature [Taekook]
FanfictionSoy un lector insaciable, lo reconozco, ¿qué aventurero no lo es? Mi vida es arriesgada y mi corazón amenaza con detenerse cada vez que se aproxima un signo de exclamación. Tengo tantos oficios como vidas secretas, soy un adolescente de ojos grandes...