Una de sus manos bastó para acorralar mis muñecas contra la pared encima de mi cabeza. El cúmulo de sensaciones me tenía tembloroso y, más tarde, colérico.
Los olores, el aire limpio que no me llegaba a los pulmones; sus voces burlonas y heridas, más allá del orgullo y de la supremacía alfa. Se sentían heridos porque uno de sus compañeros hubiese sido dañado ante sus propios ojos.
Todo era demasiado para soportarlo.
La otra mano del alfa de ojos inhumanamente plateados se cernió en mi mandíbula y me giró el rostro sin cuidado. La sonrisa de la antítesis de los alfileres se cernía seguido del manto nocturno sobre sus cabezas, solo contemplaba.
—Suéltame... ¡Suéltame! ¡Suéltame!
El peligrís detuvo su camino a mi cuello y se detuvo para mirarme, una sonrisa estiró las comisuras de sus labios.
—¿Solo puedes hacer que uno de tus ojos se licantropice? ¿Qué eres, un cachorro?
«¿Cómo dic...?»
En respuesta a mi pregunta nunca formulada me ví reflejado en sus atractivos ojos. Vi la propia mirada de total estado de exaltación; uno de mis ojos era de un amarillo brillante, como si en él hubiese caído un ápice de sol.
Aquello nunca había sucedido, nada por el estilo.
Me distraje un poco con las teorías y solo desperté al sentir los colmillos del alfa en la vulnerable piel de mi cuello.
Contrario a como había sucedido anteriormente con Taehyung, no pude resistirme. Mis ojos se perdieron por encima del hombro del alfa, fijos en la pared desprovista de color y sumida en la oscuridad para esas alturas. Todo mi cuerpo se destensó y pude respirar tranquilo, drogado por las feromonas enviadas por el alfa y él, por lo visto, recibió las mías. Dejó de apretarme y con una delicadeza que no sentí así como no sentí nada a parte de los voluptuosos labios cálidos contra mi piel, rodeó mi cintura con sus manos y me ví tragado por aquel imponente cuerpo.
—Muy bien, suficiente—. Escuché a lo lejos al desconocido de ojos naranjas decir seguido de un chasquido.
Luego de eso—: Namjoon, la policía debe estar al llegar, vámonos hombre. Hey, Nam...
Fueron interrumpidos por el gruñido del alfa que a momentos se pegaba más a mí, a momentos me entregaba más a sus deseos de cercanía. Mi cuerpo no podía obedecerme porque mi conciencia no podía formar una orden decente. Sus colmillos continuaron en mi piel, a segundos más profundos, sin intención alguna de separarme para que sus amigos terminaran el trabajo.
Lejos de dolerme, fue la mejor sensación de mi vida; una de mis razones para haberla convertido en la más odiada.
Cuando sus amigos se marcharon y ambos estábamos sumidos en la penumbra, sus colmillos lentamente salieron de mi cuello y sentí su lengua sanar la herida. Mis ojos no podían enfocar nada, mis manos no podían detenerse en ningún sitio fijo.
—Te llevaré a tu casa—. Me dijo el nombrado Namjoon al oído, ni su voz grave ni su tono afectado pudieron hacerme salir del estupor que mantenía a mis miembros levitando.
En el taxi recuerdo vagamente haber llorado. Mi cuerpo era abrazado por el alfa que poco a poco se arrepentía de sus actos y, contrario al odio que me profesaba, acarició mis cabellos y envió esas feromonas tranquilizantes que, contrario a mis deseos, me tranquilizaron.
Solo podía pensar que era un omega marcado, que no tenía ni idea lo que en mí eso pudiera significar. Porque aquella marca se sobreponía a la piel, llegaba a un nivel de voluntad.

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Against My Nature [Taekook]
FanfictionSoy un lector insaciable, lo reconozco, ¿qué aventurero no lo es? Mi vida es arriesgada y mi corazón amenaza con detenerse cada vez que se aproxima un signo de exclamación. Tengo tantos oficios como vidas secretas, soy un adolescente de ojos grandes...