Esperanza

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En mi interior había un niño pequeño que acababa de asomarse por la puerta, sacó la cabecita con miedo a que la oscuridad la devorase; se limitaba a estudiar ciego una estancia que por miedo a lo desconocido nunca había penetrado. Se quedó ahí, en el umbral de la entrada, a la espera de algo que lo animase a cruzar la fina línea.

Aquel día en que apareció un elemento conocido entre tantos reflejos distorsionados, la voz de Yoongi acudió en forma de arrullos a ese niño, entre tanto miedo y desconfianza surgió alguien que lo instaba a cruzar ese límite. Escoger entre la tan segura soledad o los gratos peligros de la compañía.

Tenía que tomar la misma decisión con la misma persona por segunda vez, Yoongi, nuevamente, debía pasar la prueba de fuego.

Porque, incluso más que antes, se veía desconfiable para mí.

Mas mi cuerpo reaccionó antes que mi razón, las lágrimas impactaron en un desesperado ataque de libertad sobre mis mejillas. Antes de poder limitarme a mí mismo me lancé a sus brazos enterrando la frente en su cuello, mi nariz rozando la clavícula por encima de la ropa. Me aferré al delgado y cálido cuerpo de mi Hyung como lo que se sintió en aquel momento, una leña cubierta de un fuego tierno en medio de la tormenta.

—Hyung... Hyung... Ayúdeme, por favor, ya no sé qué hacer...

—Shh, tranquilo, pequeño, estoy aquí. Nada malo te va a pasar, te lo prometo.

A esas alturas el foco estaba concentrado en nosotros; si no hubiese estado tan ocupado inhalando a duras penas el extrañamente familiar aroma a menta en su ropa, apuesto que hubiera sentido cada una de las pupilas haciéndome agujeritos en el costado expuesto.

—Pequeño, tienes que calmarte y respirar... Estás... Tu olor está descontrolado Jeon, por lo que más quieras...

Cerré más mis dedos sobre la tela que cubría su espalda, temeroso porque a la mínima oportunidad simplemente se esfumara y regresase a mi mundo sin mí.

—J... Jeon, a mí también me afectas, para de una vez.

Levanté la cabeza del lugar de apoyo para encontrar sus ojos.

—Hy... Hyung...

Lentamente dejó salir el aire de su boca y relajó las manos apoyadas en cada uno de mis brazos.

—Vale... Ya está. E... Eres intenso, Jeon.

Bufé rodando los ojos.

—Lo sé, no puede ser más problemático. Y ni siquiera me ha tocado esa mierda de celo.

—Chist, no digas palabrotas, Peter Pan estaría avergonzado.

Y regresábamos a lo nuestro, a los únicos regaños que me hacían bajar la cabeza y regresar a mi niñez, cuando todavía hacía el puchero molesto.

—Hyung...

Prepotente, egocéntrico, supuesto sabelotodo, autosuficiente... Todo eso se reducía a cero cuando estaba con Yoongi Hyung.

—¿Qué está sucediendo? ¿Cómo es esto posible? ¿De quién es este cuerpo y qué...?

—Ya hablaremos de eso después, ahora a clase.

Arrugué el entrecejo.

—¿Disculpe?

—Claro, no piensas hacer que Kookie repita el año, ¿cierto? Él se está esforzando mucho por...

—Es... Espere, ¿Kookie? ¿Eso quiere decir que él está en mi cuerpo? ¿¡Pero qué mier...

—Jungkook, no me alces la voz.

Against My Nature [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora