Canela

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Me dolía la cara de tanto sonreír, seguro que en un rato la expresión empezó a asustar; esta sonrisa de conejo no sería la que escogería para una parálisis facial.

Definitivamente no.

Me quejé para mis adentros cuando la sonrisa se estiró aún más, Heladito —la mascota de Tae—, me recibió con tanta emoción que fue inevitable.

—No me gruñas, TaeHyung, es inevitable que me ame.

—No te le pegues tanto, niño.

Bufé poniendo los ojos en blanco unos instantes, tenía serios problemas este hombre. Ignorándolo aplasté las orejitas del canino y le llené de besitos. Adoro los animales, pero incluso más que eso...

—Mhm... Huele a ti—. Susurré mientras me llegaba un delicado olor a canela.

Algo tembló en mi pecho.

—¿Por qué parece que vas a llorar?

—N–no estoy seguro, llevo así unas semanas ya—. Murmuré avergonzado y alisé la tela de mi pantalón una vez me reincorporé en mis pies.

—¿En serio?

Alcé los ojos.

Se sentía tan bien.

«Más cerca» pedí en un susurro que no podía escuchar incluso con toda la cercanía del mundo, apenas podía escucharme a mí mismo. «Susurra más» entreabrí los labios cuando sus dedos me acariciaron las mejillas, sus ojos preocupados fijados en los míos. «Más cálido»

—¿Qué sientes exactamente?

«Que te quiero más de lo que pueda controlar»

—Ansiedad... Tristeza.

—¿Qué te cruza por la mente cuando sientes eso? Como ahora, ¿por qué se cristalizaron tus ojos? No me gusta eso.

—L–lo siento...

—¿Pasa cuando estás lejos de mí?

—Hace un momento pasó y estamos cerca —susurré perdido en los destellos esmeraldas que a momentos brotaban de sus ojos rojos.

—¿Porque extrañas mi olor?

«Sí»

«Vamos JungKook, dilo, di que sí. Lo quieres, lo necesitas. Dilo JungKook, DILO»

Cerré los ojos con fuerza y me quejé en voz baja.

En mi cabeza.

¿Quién mierda estaba en mi cabeza?

—¿Kookie?

—Y–yo...

«Si dejas ir esta oportunidad pasarán cosas muy malas, Jeon, di que sí, vamos.»

—L–lo extraño.

«Joder, menudo dolor de cabeza»

Eran como pinchazos, no, era una presión. Eso es, una presión como si unos dedos agarraran mis sienes y apretaran...

Desapareció cuando los dedos de TaeHyung acariciaron mis hebras.

—Creo que es normal, JungKookie. No te asustes, ¿sí?

¿Normal? Esta mierda no era normal.

¡Era de todo menos normal!

Pero me limité a asentir con una sonrisa forzada y TaeHyung se apartó.

—Me puedo dar un baño si lo deseas.

Oh, mi gritito interno de hace un segundo sí me salió del corazón.

—¡Sí por favor!

—Si prometes no tocar nada puedes esperar en mi habitación.

Sonreí en grande y correteé por el diminuto pasillo para llegar al cuarto mencionado.

—¡Aquí te espero, Tae!

—Uish, a veces eres un niño pequeño.

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La tarde pasó rápido e increíblemente agradable. TaeHyung me enseñó los trucos que usaba con los aromas, yo observaba por encima de su hombro hasta que se me cansaban los pies por esperar de puntas; pero bastaban unos minutos y regresaba a la posición.

Era una estratégica, mis brazos rodeaban su cintura, la cual estaba cubierta por una bata blanca que le llegaba hasta las rodillas; me contó que era de su madre pero ya con el paso de los años se había adaptado al olor de su canela y perdió la menta que acompañaba a la antigua dueña.

Incluso comentó que era una pena.

El olor de Tae en ese momento se volvió un poco más amargo, lo pude detectar porque mi nariz estaba muy cercana a su cuello, me llegaba de pleno.

Con unos besitos se le pasó la amargura a su olor.

Bueno... Este es un buen momento para agradecer la información que dan esos olores. Las cosas no resultaban tan crudas como me parecían.

—¿Hay personas que huelen a chocolate? —. Pregunté.

—Mhm... Nunca he conocido a ninguna. Pero teniendo en cuenta que el chocolate es un potente afrodisíaco apuesto a que la persona que lo lleve consigo tendrá muchos problemas.

—Ya veo —rocé la parte trasera de su oreja con mi nariz—. Quisiera que prepararas un poco algún día.

—¿Para qué?

—Quién sabe—. Susurré con una sonrisa y su risa baja fue lo que cerró el tema.

Habían muchas cosas que desconocía de TaeHyung, muchas más las que él desconocía de mí. Pero lo quería, incluso cuando la situación era rara.

Por ejemplo las voces que en ocasiones sonaban más en mi cabeza que la mía propia. Las sensaciones que me empujaban más cerca de TaeHyung. No debía olvidar que era una pieza de algo superior, que debía moverme a su antojo si quería cumplir mi objetivo, que medida que el tiempo avanzaba, se volvía más difuso.

—Quiero quedarme siempre contigo.

El principal problema, era que haría lo que fuera para quedarme con Kim Taehyung.

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N.A: Prometo que todo se aclarará a partir de los próximos capítulos. Lo bueno acaba de empezar, los quiero mucho, gracias por el apoyo ❤️.

Against My Nature [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora