A las fueras de la metrópolis se encontraban los secretos de los hijos del códice. Habían desperdigados por las ruinas de la ciudad los errores que los alfileres no podían aceptar, lo que debían ocultar de su padre costara lo que costara.
Y ajena a toda la guerra, en una casa común de la villa más cercana al SamSom, vivía lo que podríamos llamar una bruja. Y a esta misteriosa señora es a quien Hoseok quería presentarme.
—Creo haberte escuchado mencionar que tenías un plan —dije en un intento de ganar su atención, sin éxito—. Oye, Hoseok, pst, hey.
Y si hay algo con lo que no sé lidiar, es con que me ignoren.
Él continuaba caminando en círculos a los límites de la sombra y no levantaba la mirada del suelo. No sabía qué esperábamos exactamente, pero mientras menos seguro lo veía, menos quería descubrirlo.
—Finalmente—. Musitó de repente.
Parpadeé del susto y juraría que el gato a quien desafié para ver cuál de los dos lograba resistir durante más tiempo con los ojos abiertos me sonrió.
El mencionado ladeó la cabeza y todo su cuerpo se deslizó en la dirección de Hoseok con ese hipnotizante ritmo con que solo los gatos pueden moverse. Dilimitó la sombra en la que se refugiaba el Dedal y sus ojos, esos que llevaba largo rato mirando, capturaron toda mi atención otra vez.
—Pase lo que pase —susurró Hoseok—, no dejes que Seokjin se entere de esto.
El gato parpadeó.
Y todo se volvió oscuro.
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Alicia sintió vértigo al descender por una madriguera de conejo. Si puede llamarse agujero por donde me tocó caer, fue muy diferente. A día de hoy no sé qué ocurrió en el marco de tiempo entre la clausura de los ojos del gato y la apertura de los míos, en el mismo mundo pero un lugar diferente. No de distinta ubicación o decoración, algo era diferente y yo no sabía qué. Me encontraba como en un colchón de agua —que nunca he estado en uno—, pero era así, voluble, no me podía sostener en mis piernas ni quería moverlas. Me encontraba en un lugar suave que hacía a mi pensamientos rebotar unos con otros y deshacerse en azúcar antes de atravesar la barrera de la lógica.
Detecté a Hoseok sentado en los cojines a pocos metros de mí. Unas cortinas violáceas nos separaban de un jardín, tela delicada y de gran transparencia, pero que dejaba la luz de un intenso sol del otro lado. Mi vista estaba empañada por un hilo de humo que se extendía por el espacio que nos contenía a Hoseok, a mí y a...
—Tú siempre tan descuidado, Hoseokie, no importa los castigos no acabas de aprender tu lección.
—Tiene la aprobación del guardián, nadie tiene por qué enterarse de nuestro paso por aquí. Mi castigo tendrá que esperar.
Unos ojos de gato pasaron de Hoseok a mí, esta vez en el cuerpo de una niña de cabellos largos y desordenados, sobre ellos una corona de papel. Me hubiese sobresaltado si mi estado así lo hubiera permitido. Tupidas pestañas blancas llamaron mi atención.
—No entiendo por qué Lucius se la jugará por este chiquillo, ni siquiera le ganó a mantener la mirada.
—Ese "chiquillo" como le llamas es un elegido.
—Un elegido de los desterrados —regresó la mirada a quien hablaba—, esto que estás haciendo va en contra de los deseos de tu hermano.
—Los deseos de Seokjin me la sudan.
—Sabes que no es de ese del que estoy hablando.
Hoseok no contestó y la niña pasados unos segundos acabó por suspirar. Me miró y cuando lo hizo parecía saber el por qué de mi presencia ahí; y por lo visto conocía más que yo del protocolo porque del bajo de su manga sacó un juego de barajas y lo colocó en tres divisiones frente a mí.
Recuerdo su voz aguda y baja penetrando mis entendederas desprovistas de protección o barreras.
—Te daré dos llaves —los ojos de gato, iguales pero distintos a la vez me sacaron del ensoñamiento—, una es tuya, de tu historia, y la otra es de Hoseok.
De un chasquido lo hizo desaparecer y solo quedamos los dos. Mis hombros se tensaron y mi lengua recuperó la capacidad para moverse.
—Sabes que te falta algo —me dijo—, te daré lo que necesitas para decidir tu destino.
—¿Por qué? ¿Quién eres?
De las puntas de sus dedos brotó luz, cada rayo se asoció a una carta y se organizaron hasta formar un árbol.
—Soy la madre del códice.
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N/A: ¡Sorpresa!
(〒﹏〒) Terminé la escuela, je, aquí toy para terminar lo que empecé.<3 espero que me hayan extrañado al menos un poco como yo a ustedes.
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Against My Nature [Taekook]
FanfictionSoy un lector insaciable, lo reconozco, ¿qué aventurero no lo es? Mi vida es arriesgada y mi corazón amenaza con detenerse cada vez que se aproxima un signo de exclamación. Tengo tantos oficios como vidas secretas, soy un adolescente de ojos grandes...