Pésimo equipo

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Taehyung llegó en la tarde, el cielo estaba naranja para ese entonces. Me había dado tiempo de preparar la comida, limpiar, comprar un boleto de tren para el sábado, terminar el dibujo y poner mi mejor cara de inocencia.

Una que no me duró mucho.

—Vaya... ¿Pasó algo?

No tenía que conocerlo para saber que las noticias que traía no eran precisamente buenas. Sus movimientos fueron un tanto bruscos al dejar su mochila encima de la mesa para dos, se despojó de la bufanda como si fuese la correa que lo había estado torturando todo el camino y después quedó a par de metros de mí, con las manos en su cintura.

Su pecho se levantaba y luego regresaba a su lugar, pocas veces usé la carta del silencio de forma tan oportuna como aquella. Sus ojos marrones se debatían entre verme y no hacerlo, sus labios estaban tan apretados como los dedos a cada lado de su cuerpo. Acabó suspirando, se acercó a la mochila, metió la mano en ella para sacar su celular y lo dejó con poca delicadeza sobre la mesa.

—¿Cuándo pensabas contarme esto?

Lo miré con algo de duda antes de ir hasta la mesa y tomar el aparato entre mis manos. Era un blog de noticias lo que estaba abierto, una foto oscura y...

—Esto no puede ser—. Murmuré para mí mismo.

No habían cámaras, no había público, ¿cómo tomaron pruebas de lo que sucedió anoche?

Entonces recordé a Hoseok y le di la responsabilidad.

En la foto se veía mi figura clavando los dientes en el cuello del alfa, no se notaba que era yo en aquella precisa toma. Pero si tenían esa, ¿qué impedía que tuvieran más?

—Tae, yo puedo explicar—

—¿Cuándo... Me ibas a decir que mordiste a un alfa, Jungkook?

«Se me había olvidado ese detallito, que fallo»

—No ha dado oportunidad, lo siento.

—¿Siquiera ibas a hacerlo?

Suspiré por el mortífero marrón rojizo fulminándome, Taehyung estaba retraído.

—No me mires así, no tengo razones para no haberte contado, incluso... Tengo más cosas que contarte, yo solo—

—Tu solo haces lo que te da la gana —Taehyung dio unos pasos en retroceso y cayó sentado en el sofá, abrió sus piernas para apoyar en ellas sus codos y sostener su rostro—. Estoy tan cansado de todo este puto misterio, Jungkook, y tú nunca ayudas.

—Lo siento, déjame contarte mejor lo que pasó ayer y—

—No quiero escuchar más —murmuró, su mirada decaída me dejó congelado en mi lugar—. Voy a dormir después de que diga lo que tengo que decir.

—Pero... ¿Por qué no me quieres escuchar? Es importante, es muy importante.

—¿Ya sabes qué harás con esa información?

—Eh... ¿Eh?

—Que si ya tienes un plan—. Esclareció y levantó la cabeza para verme directo a los ojos.

Pensé eso unos segundos, queriendo decir que no, que estaba esperando que llegase para contar con él pero... Al final el boleto de tren era prueba de que decir eso hubiese sido mentir.

—Sí lo tengo.

Tae negó con la cabeza riendo sin gracia, palmeó el espacio a su lado y yo caí en él con rapidez, pegándome a su torso como lapa.

Against My Nature [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora