Against My Nature [Taekook]

Amenaza

¿Recuerdan el plan de Taehyung para protegerme?

Primer paso: Cuidarme con su olor.

Haciendo esta... Costumbre tan licántropa, me reclamó como suyo y de esa forma espantó con gran efectividad a los babosos que contra mí parecían tener más que molestia; era como una frustración contenida, ¿no se han preguntado por qué?

Bueno, yo sí lo hice.

A pesar de reclamarme, Taehyung se mantuvo "indiferente" hacia mí; incluso, así continuaba de a momentos. ¿Por qué incluso volviéndome su pareja —al menos pública—, me presentó como nada más que un compañero de cama con algo de exclusividad? Cuanta más importancia me diera, mejor, ¿cierto?

El segundo paso fue mejorar mi actitud, algo logrado hasta el momento.

Reitero, hasta el momento.

El aire quemaba mis pulmones, su ausencia presionaba hasta provocarme esta horrible sensación de asfixia; los dedos alrededor de mi cuello no pararon de apretar y apretar hasta el límite. Su límite, el mío lo sobrepasó dos segundos atrás. La oscuridad del salón de música se volvió borrosa cuando el oxígeno me fue insuficiente para permanecer despierto y mis ojos se entrecerraron. Solo cuando mi agresor se percató de mi estado, me soltó el cuello y me dejó reposar de cara al suelo.

La sala de música había sido oficialmente sellada hacía dos semanas, pero continuaba siendo mi sitio favorito. Por eso, cuando las luces se apagaron de manera inesperada, supe que algo malo pasaría.

Lo que sucedió no fue mucho, no hay que formar tanto drama, pudo haber sido peor...

Pudo haber...

—Estás jugando con gente peligrosa, omega. Si te vuelvo a ver junto a Kim, juro que te mato.

«Conozco muchos Kim, ¿te refieres a?»

Muy bien, a pesar de haber usado mis fuerzas para no ponerme gracioso y ganarme una patada en el estómago, me llegó pero bien.

Es que yo no les entiendo. Me callaba, se molestaban, hablaba, se molestaban.

Por estas cosas prefiero los libros que me entienden incluso sin escucharme.

El sujeto que entró de la nada, apagó las luces que iluminaban la sala de música por las tablas sellando sus ventanas, me estranguló y luego pintó grafiti en una esquina, con la luz de una linterna dibujando la silueta masculina de un rostro que por mucho que lo intenté no pude descifrar; me dejó solo en la oscuridad, inmóvil en el suelo polvoriento.

Bueno... Repasemos.

Me dolía el cuello y temblaba tanto de miedo que no podía ponerme de pie.

Además de eso pues... Ah, podía llamar a Taehyung. Y sé lo que pensarán—: Ten algo de cuidado, idiota, acaban de darte una advertencia.

Y me importaba, pero no podía ponerme de pie.

No podía.

—Maldita sea, no llores ahora, Jeon.

Cerré los ojos con fuerza y tomé aire, pude aguantar las lágrimas, al menos eso pude hacer. Tal esfuerzo merecía recompensa, ¿cierto?

—¿Jungkook? ¿Dónde estás? Tenemos clase de química juntos en... tres minutos. ¿Estás en la azotea? Te dije que no fueras ahí, atrevido, es mi lugar y–

—Ah... Cállate idiota, todo lo que sabes hacer es pelear—. Protesté aún con los ojos cerrados, apoyé la palma en el suelo para intentar incorporarme.

«La madre que me–»

—¿Qué te pasa en la voz? ¿Dónde estás, Jeon?

—En la sala de música, me duele un poco la garganta.