Mío

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Una respiración cercana era todo lo que me guiaba fuera de la prisión de los sueños, una habitación a oscuras cuya puerta no lograba encontrar, hasta que escuché ese hilo discordante en la nebulosa de mi cansancio. Lentamente me fui acercando a esa respiración sin moverme siquiera, solo mi consciencia podía trasladarse y permitirme escuchar cada vez más fuerte lo que pronto se convirtieron en ronquidos.

Solo cuando estuve seguro de ese dato pude abrir los ojos, había escapado de la habitación oscura. La tonalidad azul de la luz matutina me permitió estudiar mi alrededor sin problemas. La fuente de los ronquindos era Namjoon, se encontraba sentado en el suelo a mi lado de la cama. Su espalda estaba contra la pared y su cabeza colgaba hacia adelante. Inhalé con suavidad, no podría cosificar su aroma, era algo... Amargo pero fresco. Fuerte para abrumarme pero suave para no asustarme.

Olor de alfa.

Me tomé los primeros minutos de aquel día para estudiar al muchacho que de un momento a otro había ganado una relevancia en la historia que no podía siquiera medir. Su piel era incluso más oscura que la de Taehyung, dicho matiz tostado revestía sus músculos y lo que en el omega es piel de dorada miel, en la del alfa es polvo de café. El cabello de Namjoon era azabache, muy despeinado y parcialmente largo, apenas lo suficiente para esconder los mechones del Mullet tras sus orejas. Noté incluso los agujeros sin ocupar de su lóbulo izquierdo, el única que podía ver desde mi posición.

Era grande, ancho...

Y me estaba mirando.

—¿Jungkook?

Parpadeé consecutivas veces antes de desviar la mirada e incorporarme en la cama, incómodo por los dolores musculares que no comprendía.

—Uhm...

Pasé mis manos por mi rostro para deshacerme del mareo del sueño.

—¿Qué crees que haces?

Preguntó ronco a mis espaldas, sin mover un ápice de su cuerpo.

—Me voy a levantar—. Informé tras apartar las sábanas de mis piernas.

—No lo hagas.

—¿Por qué?

—No es necesario —sus ojos estaban ocultos por sus párpados—. No irás a la escuela hasta que tú y tu lobo se pongan de acuerdo, quédate acostado.

—Quiero ver a Taehyung.

—¿Crees que voy a permitir eso? —me di la vuelta con una de mis cejas enarcadas, guardé mi admiración por el tránsito de los ojos de Namjoon, de marrón a plata, para centrarme en el tono impertinente que estaba usando—. Ayer lo mordiste apenas te dejé a solas con él.

—Bueno, tú me mordiste apenas quedé a solas contigo. Sin embargo, Taehyung me dejó pasar la noche con un completo desconocido por mi bien. Debe estar muriendo de la ansiedad, a ti te importo una mierda pero a él sí le importo —apreté la mandíbula ante sus ojos ilegibles—. Comprende tu lugar.

Vi su pecho moverse al suspirar.

—Tu bien me afecta directamente así que sí me importa. Anoche fue horrible y tu... Pareja, soportó cosas peores que dejarnos compartir habitación, es un omega fuerte —vaya, ahora usa a Taehyung para convencerme. Sonreí por su descaro—. No deberías desechar sus esfuerzos por tus impulsos posesivos.

Relamí mis labios al recordar el momento en que mordí a Tae. Recuerdo el destello de sus ojos verdes antes de verme desfallecer.

Esos ojos verdes no estaban molestos por la mordida, todo lo contrario.

Against My Nature [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora