Capítulo 16

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Su corazón estaba latiendo con mucha intensidad que por un momento creyó que se le saldría del pecho, se sintió tan vulnerable y tan débil que quería caer al piso y no moverse de ahí. Lo que sus ojos estaban viendo ahora mismo lo estaban dejando sin palabras, quería apartar la vista de él pero no podía hacerlo, no podía siquiera dar un solo paso para irse de ese lugar.

Verlo retorcerse del dolor lo estaba poniendo muy mal, quería hacer cualquier cosa para ayudarlo a aliviar todo el dolor que estaba sintiendo. Pero, por desgracia no puede hacer nada para ayudar a que se sienta mejor, no puede hacer nada para que el veneno salga de su cuerpo. El solo hecho de que no puede hacer nada por él lo estaba consumiendo lentamente.

Abrió un poco sus ojos y lo miró muy atento, se podía ver lo mucho que estaba sufriendo, una lagrima salió de su ojo y cayó en la cama. Cy estaba llorando del dolor pero no era consciente de ello.

Recordó la primera vez que se conocieron, Cy era incluso más joven que ahora, quizá aún seguía siendo un adolescente cuando se unió a la tripulación de Veth. Puede recordar que Cy estaba muy nervioso y se puso aún más nervioso cuando vio a Ake enfrente suyo.

Ake, en ese entonces lucia una túnica color gris con líneas negras y un bello moño en el cuello de color rojo, también tenía una especie de velo que cubría su cabello. El nigromante miró a Cy por unos segundos ya que podía sentir su mirada en todo su cuerpo, frunció el ceño al ver que el nuevo tripulante no dejaba de verlo.

—No sabía que había mujeres en los barcos — fueron las primeras palabras que salieron de su boca, después cayó en cuenta de que había hablado en voz alta y no fue solo un pensamiento que había tenido —, carajo.

—No, no suele haber mujeres en los barcos. Pero por lo visto, tú pareces estar contento de que haya una en esta tripulación — habló fríamente, aún con ese ceño fruncido.

—Mi intención no era ofenderla.

Ake ladeó la cabeza de mala gana, no era más que un joven que no sabía lo que estaba haciendo en ese barco pirata de mala muerte, seguramente terminaría muerto en la primera batalla que tuvieran. Estaba más que claro de que tendría que proteger ese joven porque no podría cuidar de su propia vida.

¿Eres una nigromante?— preguntó emocionado —, siempre he quiero conocer a uno en persona, ¿son tan fuertes como dicen? ¿Es cierto qué hay nigromantes que pueden ver el futuro? ¿Qué clase de magia usas?

Se sintió un poco raro ya que el joven no dejó de llenarlo de preguntas y más preguntas, pero por otra parte estaba feliz porque nadie se había había mostrado interés en él.

—Puedo ver el futuro — le había dicho —, son unas visiones que suelo tener a veces, solo veo unas cuantas imagines.

—¿Ya has visto mi futuro?

—Así no funciona.

El joven hizo una pequeña mueca de disgusto.

¿Algún día serás capaz de ver mi futuro?— el tono de su voz era de emoción, espero la respuesta de Ake con tanto anhelo que sus mejillas se sonrojaron al verlo.

Tal vez.

Eres alguien de pocas palabras. No creí que fuera cierto eso de que dicen de los nigromantes, son personas calladas y no siempre dicen lo que tienen en mente. Hay quienes dicen que si hay una gran tormenta es porque los nigromantes la han causado, ¿es cierto?

Suspiró.

Hay cosas que dicen que no son verdad, niño.

—¡No me llames niño!— exclamó —, tengo la edad suficiente como para que no me llames niño.

Okeánia Agápi | Segunda versión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora