Capítulo 11

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Sintió la respiración de Veth contra su oreja, por lo que sintió espasmos en todo su cuerpo. Se estaba poniendo nervioso, tanto así que sus piernas comenzaron a temblar, por un momento creyó que caería al suelo por ese temblor que sentía.

No se había dado cuenta de que comenzó a sudar debido a los nervios, mucho menos que tenía un par de gotas escurriendo por su frente, hasta que se deslizaron por su nariz. Resultó molesto.

Veth lo giró con fuerza para que lo viera a los ojos, en ese momento, los ojos de Lin parecieron brillar debido a la emoción. Tragó saliva al sentir como el capitán apretaba su cadera, tuvo que apretar sus labios para no dejar salir ni un solo ruido que lo dejara en vergüenza.

—Un príncipe — casi cae al suelo al escuchar la voz ronca del capitán muy cerca de su oído —, eso sí que es una gran sorpresa.

—Tenía pensado decírselo, capitán — dijo tan rápido como pudo —, la verdad es que, no había encontrado un momento perfecto para decirle quién soy en realidad.

Tragó saliva.

No sabía qué reacción podría tener Veth, temia que se pusiera agresivo o que le dijera algo como "conseguiré oro contigo", aunque sabía que Veth nunca diría algo como eso. Su madre siempre le dijo que a los humanos les gustaban mucho más sirenas que tenían sangre real corriendo por su venas, ahora mismo no sabía qué hacer.

—No tenía idea de que aún conservaba esas escamas de colores que me identifican como príncipe — seguía con la mirada de lado, aún no se atrevía a mirar a Veth —, pensé que desaparecerían.

—Me sorprende que nadie más te las haya visto.

—Habría sido un gran problema si alguien de la tripulación las hubiese visto.

—Tienes razón, por suerte fui yo quien las vio antes de que alguien más las viera — suspiró.

«Si Damen te hubiese puesto atención, y mirado esas escamas...solo los dioses saben lo que habría pasado».

Bajo un poco más la mirada y dijo;

—Es que siempre está mirándome, es por eso que ha visto esas escamas — sus mejillas se tornaron rosadas. Cada vez que estaba con Veth se la pasaba sonrojándose, pues el capitán siempre estaba diciéndole cosas lindas que tienen un gran efecto en Lin.

—Es inevitable no ver a alguien tan hermoso como tú, Lin — lo tomó del mentón y lo obligó a mirarlo a los ojos por segunda vez —, quiero que sepas que siempre estoy observándote, siempre estoy pensándote y amándote.

Tenía ganas de besarlo en ese momento, pero no lo hizo.

Ambos sabían que tenían muchas cosas de que hablar, tienen que aclarar varias cosas que no se han dicho todavía y elegir lo que sucederá después.

—¿Me ama aún sabiendo que soy un príncipe tritón?— se atrevió a preguntar, aun sabiendo que no quiere escuchar la respeta del capitán.

—Si eres un tritón, si eres un príncipe, si eres un humano; sea lo que seas, yo siempre te amaré.

—¿Incluso si eso significa correr peligro?— hizo una mueca triste.

—Te amaré por siempre, incluso si eso significa estar cavando mi propia tumba — dejó un sutil beso sobre su frente, sintió como Lin tembló debajo de él.

Lin se recostó sobre su pecho, inhalando el fuerte aroma que Veth tiene, se sintió realmente tranquilo. Sintió como Veth lo abrazó y dejó sus manos sobre su cintura, dándole un fuerte apretón. Lin no tuvo más opción que poner sus brazos sobre el cuello de Veth y quedarse en esa posición por un buen rato.

Okeánia Agápi | Segunda versión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora