Después de una carta

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Ake,

Mencionar tu nombre me trae buenos recuerdos. Antes de dormir mencionó tu nombre con la esperanza de qué entres por la puerta y me dediques una sonrisa antes de acostarte a mi lado, muy en el fondo sé que eso jamás pasará, me duele admitirlo. Tu nombre es algo que deseo jamás olvidar, tengo miedo de algún día llegar a olvidar tu nombre. Tengo miedo de un día llegar a olvidar el sonido de tu voz y de tu risa. Tengo miedo de un día despertar y haberte olvidado por completo.

Espero que tú nunca puedas olvidarme.

Tengo muchas cosas que decirte. Tengo muchas cosas que confesarte ahora mismo. Tuve la oportunidad de decirte todo esto de frente pero no lo hice, no lo hice porque de cierto modo me acobardaba cada vez que estaba a tu lado.

Sé muy bien que esta carta nunca te llegará, porque al terminar de escribir esta carta saldré y la soltaré para que el viento pueda llevársela, con la esperanza de que te llegue hasta dónde estás. No sé que mas puedo hacer, el simple hecho de escribir una carta que no llegara a su destino me causa una gran tristeza, habría deseado que leyeras mis palabras, pero seguramente, cuando termine de escribir ya habrás tomado el veneno de dragón.

¿Esa fue tu última opción?

¿Realmente tendrás el valor suficiente como para tomar veneno de dragón, sabiendo muy bien que eso te matara? El veneno no te hará mortal, Ake, sino que te matara ¿estás listo para morir?

¿Quién será capaz de leer esta carta?

¿Serás tu Ake?

¿Acaso leerás esta cartas desde el más allá?

Desearía poder haber tenido más tiempo contigo. Desearía poder estar a tu lado ahora mismo, mientras miramos el cielo, al mismo tiempo que yo te digo las formas de las nubes. Habría deseado haber muerto a tu lado o tener un futuro donde viviéramos felices para siempre.

Recuerdo cuando estábamos mirando el cielo, siempre te burlabas de mi porque les daba formas extrañas a las nubes. Recuerdo cuando me dijiste que odiabas las tormentas, al principio no lo entendí hasta que pase una tormenta a tu lado, resulta que las tormentas siempre te dieron miedo porque cuando eras niño pasabas las tormentas solo. Me sentí triste cuando me contaste tu historia; el hijo de una nigromante y un demonio, eras muy inocente cuando te dejaron a tu suerte en la calle. En una ocasión te dije que las tormentas siempre me recordaría a ti, también te dije que te ayudaria a superar ese miedo.

Siempre recordaré ese primer beso que nos dimos.
Siempre recordaré la primera vez que me sonreíste.
Siempre recordaré la primera vez que reiste enfrente de mi.
Simplemente, siempre recordaré a quien fue mi primer amor.

Jamás olvidaré esa noche, la noche en la que nos separamos. La noche en la que nuestros cuerpos estuvieron juntos por primera vez, pero tambien la ultima.

De lo único que me arrepiento - y seguramente lo haga por el resto de mi vida - es que no tuve el valor necesario como para confesarte mis sentimientos mucho antes. Siempre me arrepentiré de eso. Me arrepentiré de no ser lo suficientemente fuerte como para haber hecho que te quedaras a mi lado.

Confesaré que, siempre quise casarme contigo, Ake.

Ake, si renacemos ¿prometes casarte conmigo?

Leeré la carta que me has mandado con tu cuervo durante todas las noches, a decir verdad, por un momento creí que no volvería a ver a ese cuervo, de cierto modo se parece a ti porque tiene unas cuantas plumas negras, teniendo en cuenta de que es blanco, un cuervo blanco? jamás me dijiste de donde lo sacaste. Se que esta no será la primera vez que vaya a escribirte una carta, te escribiré cartas hasta que me llegue una señal de que las lees y solo entonces dejaré de escribirte. Como dije, dejaré que esta carta se la lleve el viento, desearía poder saber hasta donde llegara.


Te amo, Ake. Por favor cásate conmigo.


Por siempre en tu corazón, Cy.

Okeánia Agápi | Segunda versión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora