Para Yui, una chica con poco encanto femenino, nunca se imagino tener a la mitad de sus amigas detrás de ella.
Todo lo que había hecho por ellas era... Salvarlas de la muerte, bueno, más o menos. Simplemente les había dado un sermón cual una madre haría, y también las consoló después de todo el desastre que habían hecho.
— ¿¡Qué es eso?! — Azul estaba asustada, una alfombra había entrado en su precioso restaurante logrando destruir toda la paz que ella y sus ayudantes tenían.
— ¡Azul, Jade, Floyd! Ayúdenme. — La chica salió de la alfombra e inmediatamente se fue a ocultar detrás de una de las gemelas.
Su pequeña monstruo estaba atada a su pie, obviamente por el miedo, Floyd sintió a el camaroncito temblar.
— ¿¡Yui-San!? ¿¡Qué rayos pasó!? — Antes de que pudiera acercarse, otras señoritas entraron a su restaurante, logrando hacer que la castaña enterrara sus uñas en el uniforme de su amiga.
Ella de inmediato supo que algo estaba mal, Floyd y su hermana se encargaron de espantarlas, Azul también había ayudado, una vez que se fueron, la primera en ver el estado de Yui fue la líder de Octaville.
— Estuve encerrada en una maldita habitación tres días seguidos... — Fue todo lo que dijo antes de tirarse sobre los brazos de Azul, esta no sabia como reaccionar ante tal muestra de afecto, comenzó a acariciar su cabeza en un acto desesperado de calmarla.
— Tranquila Yui-San, no volverán, eso te lo aseguro. — Le dijo la chica con heterocromía y uniforme bien puesto.
— Camaroncito esta temblando demasiado, normalmente me parecería grasioso, pero... — Se puso sobre sus piernas, después con su dedo índice pellizco su mejilla. — Todo estará bien, ya no hay nada de que temer, camaroncito~. — Floyd paro de hablar, mientras que Azul la levantaba y llevaba hasta una de las mesas del restaurante.
Donde la ayudaron a calmarse, tanto que hasta le dieron un chocolate caliente.
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➤ᴛᴡɪsᴛᴇᴅ ᴡᴏɴᴅᴇʀʟᴀɴᴅ ᴄᴏʀᴛᴏs.
Фанфик➤ᴍɪɴɪ ᴄᴏʀᴛᴏs ᴅᴇ ᴛᴡɪsᴛᴇᴅ ᴡᴏɴᴅᴇʀʟᴀɴᴅ ɪɴᴄʟᴜʏᴇ ʏᴜᴜ (ᴍᴄ) x ᴛᴡɪsᴛᴇᴅ ʙᴏʏs.