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— ¿Estas segura de que quieres irte a vivir con Idia-senpai a la isla de los lamentos...? — Ace preguntó a Yui quién le miraba confundido, ¿eso tenía algo de extraño?
— Siempre serás bienvenida en el reino de las rosas... En mi casa solo somos mi madre y yo, así que estaremos encantados de acojerte. — Ichinen se rio, luego les agradeció a ambos, Grimm solo le miró.
— Gracias chicos, pero Idia y yo ya hablamos, y no iré a S.T.Y.X, estaré viviendo directamente con él. — Les dio una abierta sonrisa, Grimm a sus pies, solo se rio, estarían viviendo en la riqueza a partir de ahora, eso significaba mucho atún para él.
— Es que... No confío del todo en Idia-senpai... ¿No crees que intentará algo ra...? — Ace se callo al ver al chico del que hablaban venir detrás de Ichinen, ella confundida, solo volteo su cabeza.
Le tocó el hombro, haciéndole de inmediato girar.
— ¡Idia! — Dijo Yui con alegría, de inmediato le dio un abrazo, luego Shroud le entregó un ramo de flores rosadas. — ¿Eh...? No es mi cumpleaños, Idia-kun. — Hablo al ver el bonito regalo que me habían traído, Ace, miró todo confundido, a Deuce solo le pareció tierno.
— Feliz graduación, Yui-chan. Espero que la ceremonia no te haya agotado. — Le dijo mientras le daba una palmadita en la cabeza, ignorando el hecho de que sus tres compañeros estaban ahí.
— ¡Gracias, Idia-kun! ¿Ortho-kun no vino? — Preguntó viendo hacia los lados, Idia iba a decir algo, pero luego noto la presencia del dúo de Heartslabyul, al momento de hacerlo, se escondió detrás de Yui.
— Cuando llegemos a casa te cuento, ¿te despedirás del director? — Cuestionó, Yui le tomo la mano, haciéndole soltar un "Ek..." del susto. — Yui...
— ¡Ni en sueños! Cuando yo ya no este aquí, me va a extrañar, creo que ya es todo, Grimm, ¿tienes tus cosas? — El gato subió unas latas de atún y su moño al aire, diciendo en pocas palabras que si. — Mis cosas ya están allá, creo... — Ichinen le soltó la mano a su acompañante, se dio la vuelta y se tiro sobre sus dos compañeros. — ¡Estén en contacto! Si no hay problemas, iré a visitarlos al reino de las rosas, ¿esta bien? — Ella sintió la misma fuerza con la que los abrazaba, si. Era triste, cuatro años juntos, y ahora ¡pam! Cada quien se iría por su propio camino.
