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Soy del tipo de persona que adora las cosas brillantes, pero también adoro el proceso que lleva a conseguirlas. Papá me ha enseñado que mientras lo tengas, no importa la forma en que lo consigas. Soy Ei, y bienvenidos a esta sección llamada «Ayudando a almas pequeñas en desgracia con Ei.»
-Wow, Ei-chan... ¿De dónde sacas estas cosas tan bonitas? - Preguntó una niña, en su mano tenía un broche hecho con piedras brillantes.
- No, no, la pregunta es quien las fabrica querida~. - Respondió acomodándose sus lentes, varias niñas se juntaron a su alrededor a alabarla.
- ¡Ei-chan, enséñame a hacer algo así de bonito para mi mamá!
- ¿¡Las tienes a la venta, Ei-chan?! - Y más de ese tipo de preguntas se le juntaban a la pequeña Ashengrotto.
- Claro que sí, puedes llevarte una por tan solo 250 lotes marinos. Las que tienen piedras más brillantes tienen un costo de 150 más, aunque claro, también acepto pedidos~. - Las infantes que se encontraban alrededor de Ei no sabían de qué estaba hablando, pero al momento de pensar que podrían tener algo personalizado, se abalanzaron sobre Ei para que tomará sus pedidos.
- Floyd, creo que deberíamos...
- Nah, dejala que se divierta. Oh, mirala, ya viene. ¡Mini camaroncito, muéstrame a cuantas almas en desgracia ayudaste! - Ei tenía una libreta en su mano, una la cual agitaba de un lado a otro, Floyd la recibió con los brazos abiertos, mientras Jade quería saber cómo Ei sabía a tan temprana edad métodos para vender mercancía...
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