—... — No estaba precisamente callado, el pequeño androide se tallo un ojo, mientras que el monstruo con apariencia de gato, devoraba un plato de comida, el chico de cabello color azul pico con su tenedor la comida, era temprano, no tenía mucha hambre ahora.
Yui miraba igualmente su comida, cuando decidió dejar de picarla con la cuchara, se metió un pequeño trozo a la boca de arroz, arrepintiendose al instante, se levantó de su silla, llevándose casi la mesa con ella, eso causó que el sueño dejara el cuerpo de todos, el par de hermanos fueron los primeros en levantarse para ir tras la chica de ojos color agua.
—... ¡Yui-San, déjeme entrar, por favor! — Le pidió Ortho desde el otro lado, Idia dedujo que el chico había encontrado la raíz del problema, así que planeaba ayudarle, pero... —... — El menor de ambos, lo miró antes de entrar al baño, dándole una mirada que no le debía mucho, se quedo en silencio, después tocó la puerta.
No hubo respuesta, lo volvió a hacer, de nuevo la misma contestación.
— ¿Qué es...? — La puerta se abrió, dejando ver a una Yui sin aliento, y a un Ortho con una sonrisa de esquina a esquina, hubo silencio hasta que el androide sacó un poco de confetti de uno de sus brazos.
— ¡Tendremos un bebé! — Celebró, flotando en el aire comenzó a celebrar el solo, la sola idea de tener a un mini Idia lo hacía querer saltar fuera del techo. Aunque la reacción de su hermano no era la que se esperaba, estaba en silencio, mirando a Yui, esta tenía la mirada apartada, con la cara completamente roja.
