Capítulo 6

3.3K 108 12
                                    

Domenika

Al llegar vimos a nuestra amiga sentada en la mesa revisando su teléfono. Se levantó cuando nos vio y nos saludó.

-¡Por fin! Llevo mucho tiempo esperándolos.

-Cierto, llevas unos ehh.. -vio su reloj- quince minutos desde que llamaste -dijo Alan con sarcasmo.

-Obvio no, llevo mucho más por eso los apuraba.

-Cariño no mientas, te escuché preguntar por nuestra reservación cuando llamaste la primera vez y eso fue hace 15 minutos -le respondió Alan con la sonrisa de suficiencia que usaba algunas veces- Por eso elegí este lugar.

Le guiñó el ojo y la dejó con la boca abierta y sin nada que decir.

-Eres un idiota.

-Niños por favor cálmense, vinimos a comer rico y relajarnos, dejen de pelear. -los reprendo.

Un camarero se acercó y tomó nuestra orden mientras Janine lo miraba de manera coqueta cuando terminó se fue y mi amiga aprovechó para verle el culo.

-Puedes dejar la puteria por un momento, pareces desesperada -habló Alan poniendo los ojos en blanco.

-Lo apoyo, vinimos a ponernos al día ya hace algunas semanas que no nos vemos.

-Está bien pero el tipo está bueno y debo aprovechar.

-Si no estuviera bueno igual lo aprovecharías -bebí un poco de agua- ¿Qué tal con Adam?

-¿Quién es Adam? -preguntó Alan- ¿Por qué se supone que me estoy enterando en este instante?

-Vamos dulzura responde -sonreí con malicia- también quiero saber porque me tuve que enterar de él de esa manera y no por ti.

-¿De cuál manera? -volvía nuestro a preguntar.

-Mmm bueno… el día que me iba a Varsovia pasé por su apartamento y como de costumbre entre como si fuera mi casa encontrándome en el salón a nuestra amiga haciéndole una mamada a un tipo y por la cara de él me pareció que disfrutaba y mucho, algunos días después me enteré de su nombre.

-¿Por qué das tantos detalles, estúpida? Además saliste corriendo prácticamente por eso no supiste su nombre -le saque la lengua y ella me enseñó dedo del medio- Y obvio que él estaba disfrutando.

-¿Y qué querías mi reina? -pregunto sardónica- ¿Qué me quedara a limpiarte la boquita cuando terminaras o que te sobara las rodillas?. Lo menos que quería en ese momento era conocer al señor pene parado aunque esa cara de placer si fue difícil de ignorar.

-Bueno si hice mal en no contarles, lo conocí en el club pero ya se acabó. Perdonenme por eso. ¿Sí? -puso cara triste.

-¡¿Qué?! -dijimos Alan y yo al unísono.

-¿Qué pasó? -preguntó nuestro amigo.

-El imbécil era casado pueden creerlo, me engaño y caí redondita -dijo ella con molestia- Recibió una llamada de su esposa cuando estábamos follando. ¡En pleno polvo! -aclaró aún más molesta como si no entendíamos- para decirle que tenía que buscar a los niños en su clase de alemán.

Maldito infiel.

Janine se veía realmente furiosa en ese momento y no me quería imaginar cómo se puso ese día. Alan y yo nos vimos las caras imaginando cómo habría sucedido todo hasta que mi amigo hizo una de sus preguntas.

-Cariño dime qué por lo menos te habías corrido -dijo muy serio.

Las dos nos reímos por la pregunta que había hecho y después él se nos unió.

InfielesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora