Capítulo 39

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Alexander

Me despierto por la luz que entra a mi habitación y me da en la cara, desde hace una semana Luana se escabulle hasta aquí en la madrugada y corre las cortinas para que despierte temprano porque desde hace 2 meses que estoy aquí no he tenido ganas de nada así que duermo la mayoría del tiempo aparte de que la señora que se hace llamar mi abuela quiere alimentarme cada 3 horas como si fuera un bebé.

-Buenos días. -dice Luana entrando- Menino levántate que necesito que me acompañes al mercado.

-Luana no tengo ganas además tengo que trabajar. 

-No me interesa si tienes ganas y no me mientas porque no has trabajado desde que llegaste, te vas a levantar y vas a venir conmigo si no quieres un baño de agua helada en la cama. -no le contesto- Hablo en serio Alexander. 

Sale de mi habitación y me levanto para hacer lo que dice, he estado muy descuidado estos días y sé que no debe ser así porque debo seguir adelante pero sencillamente quiero seguir revolcándome en mi miseria.

¿Cómo estará? ¿Me extrañará tanto como yo a ella?

Aunque quiera seguir aquí me levanto porque mi abuela es capaz de venir a echarme agua helada como dijo, entro al baño a darme una ducha y al salir me veo en el espejo dándome cuenta que me veo diferente con el cabello más largo, barba y más gordo pero no me interesa así que me visto para bajar a la cocina donde están mis abuelos conversando.

-Buenos días Alexinho. -dice Antonio.

-Buenos días abuelo. -contesto sentandome a su lado- ¿Cómo estás hoy?.

-A diferencia de ti tengo mucha energía. 

-Lo siento pero aún no me siento bien. 

Luana se para a mi lado y me acaricia el cabello suavemente.

-Meu menino estarás bien, ya lo verás. -me da un beso en la mejilla y regresa a sus labores en la cocina.

Después de desayunar nos vamos al mercado y me hace cargar un montón de bolsas, cuando no puedo más voy a la camioneta y las dejo para después regresar con ella que está comprando frutas así que cargo más bolsas aunque no tantas como la primera vez.

-Acompañame a un sitio. -me dice tomando mi mano guiándome no sé a dónde.

-¿No sería mejor dejar esto en la camioneta y después vamos a donde sea que quieras ir? -pregunto pero me ignora.

Seguimos caminando hasta que llegamos a una barbería y entramos.

-Ve a sentarte para que te quiten ese montón de pelos que cargas. -me informa y va a sentarse a esperar.

Me siento dónde me indican y media hora después estoy como nuevo con el cabello más corto y la barba rebajada.

Me veo bien.

Agradezco al chico por su trabajo, pago y salgo con Luana detrás de mí.

-Te ves muy guapo. -me dice la abuela cuando vamos camino a la casa- Y más maduro con esa barba.

Sonrío por sus palabras.

-Gracias, me gusta como me veo.

-Ya es hora de que te sacudas la tristeza que tienes, debes seguir adelante.

-Lo sé pero ¿Cómo lo hago?. 

-Ya diste un paso, no pareces un loco. -le doy una sonrío y me fijo de nuevo en el camino.

InfielesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora