Alexander
El dolor que siento en el pecho es tan grande que si me dijeran que le pusiera un número para describir la intensidad, no sabría cuál decir porque no hay cantidad que describa lo que estoy sintiendo en este momento y aumenta cada vez que repito en mi cabeza sus últimas palabras.
Quiero el divorcio.
Jamás imaginé que alguna vez escucharía esas malditas palabras salir de sus bonitos labios pero de lo que sí estaba completamente seguro era que yo nunca las diría y dirán que es una estupidez porque no puedo controlar el futuro pero amando a mi mujer como la amo hubiéramos superado cualquier cosa en nuestra relación sin llegar a separarnos, algo que por lo visto solo pienso yo.
Verla con otro me dolió no voy negarlo, para mí fue la peor imagen que he visto en mi vida y un golpe directo al corazón, un golpe bien merecido por hacerla llorar en varias ocasiones con mis deslices pero eso pasa a segundo plano al recordar que ya no quiere estar conmigo, que ya no iremos juntos a un crucero para celebrar sus fabulosos 30 como ella dice, que ya no estará a mí lado hasta hacernos viejos, ni me regañará por comer tantas galletas hasta que voy a reventar y tampoco esperaremos a nuestros nietos los fines de semana en esa casita de pueblo de la que hemos hablado que compraremos cuando seamos ancianos.
Tantas cosas que planeamos y ya no serán posibles gracias a mí, sin embargo siento que no debo resignarme, no puedo dejar que se vaya de mi lado. Las lágrimas inundan mis ojos y no he dejado de derramarlas desde que salí de su oficina, huí de todo como un cobarde sin enfrentar las consecuencias de mis acciones pero en este momento no me importa serlo porque solo quiero olvidar lo que ví, lo que dijo, cómo me estoy sintiendo y a pesar de que no quiero renunciar a ella y perderla, también debo empezar a imaginar un futuro sin ella.
La vibración de mi teléfono me saca de mis pensamientos y no ha parado de sonar pero no quiero hablarle, no ahora ni menos en el estado en el que estoy pero no quiero que se preocupe así que le escribo un texto rápido.
Yo: Estoy bien, no me llames.
Minha Borboleta 💕: Dime dónde estás por favor.
Apago mi teléfono cuando recibo la respuesta porque no dejará de insistir, ya le dije que estoy bien y eso debería bastar.
Los toques en la puerta me hacen levantarme para ir a recibir lo que pedí que me subieran. Abro la puerta y el joven con el carrito hace el intento de entrar pero lo detengo cuando agarro las 2 botellas de whisky y el vaso para después cerrarle la puerta en la cara.
Dejo una de las botellas en la mesa con el vaso que no sé para qué mierda pedí, me siento en el sillón con vista a la ventana y abro la botella que después me empino dando un trago largo. Siento el licor bajando por mi garganta, haciéndola arder a la vez que recuerdo cómo en una de estas habitaciones le pedí matrimonio a Nika, traigo a mi mente esos ese momento de felicidad mientras sigo tomando.
Inicio del flashback
El viaje a Wendens Ambo fue ameno y muy relajante, decidimos venirnos de fin de semana para tener tiempo a solas ya que desde hace algunas semanas solo hemos salido con Alan y Dan además Nika ha estado ocupada con la universidad y yo con el trabajo que cada vez aumenta más.
Me bajo de la moto cuando estaciono frente al hotel y ayudo a Nika a bajar.
-¿Te gusta borboleta?. -le digo señalando al hotel.
-Me encanta, se ve muy bonito por fuera pero ya entremos. ¿No te importa si dejamos para mañana el recorrido? Estoy un poco cansada. -habla abrazándome.
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Infieles
RomanceDe nuevo la decepción, eso siento al ver la imagen frente a mi porque no es la primera vez. Ahora ya no hay vuelta atrás, sólo quiero pagarle con la misma moneda, que se sienta como yo me he sentido y me siento en este instante. Me vale mierda que d...