Capítulo 30

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Domenika

Estos días sin Alex se me hacen eternos porque casi nunca estoy sola en casa, hablamos poco porque he estado ocupada pero también siento cierto malestar al hablar con él después del encuentro con Aiden que me gustó mucho y sería una mentirosa si digo lo contrario pero también siento arrepentimiento por Alex aunque no debería porque me ha hecho lo mismo pero igual lo siento.

El abogado me invitó a almorzar pero rechacé su invitación porque estoy ocupada así que me envió una pizza del local de sus amigos que me devore con gusto.

Es tarde y Alex no me ha llamado, eso se me hace raro porque ha estado pendiente de mi estos 2 días aunque hablemos poco.

¿Y si está con Susan?

Esa zorra iba al viaje, de solo pensar en eso la rabia invade mi cuerpo y agarro mi teléfono para llamarlo -me importa una mierda si les interrumpo el polvo-  desbloqueo el teléfono y me doy cuenta que tengo un mensaje de Aiden, no me di cuenta por estar tan concentrada en el trabajo.

Aiden Kang: Dal tengo ganas de ti.

Yo: ¿Muchas ganas?

Envío el mensaje y responde de inmediato.

Aiden Kang: Demasiadas.

Yo: Lastima que estoy en el trabajo aún. ☹️

Aiden Kang: Se me antoja follarte en ese gran escritorio que tienes. Voy para allá.

Una sonrisa escapa de mis labios y voy al baño para arreglarme un poco, luego regreso a mi oficina para seguir trabajando.

************

Sentada en la silla detrás del escritorio en mi oficina lo veo atravesar la puerta con ese traje azul cobalto y una camisa blanca sin corbata, mientras se acerca me ve de esa manera perversa en la que suele hacerlo con esos ojos rasgados que me fascinan y esa sonrisa canalla que siempre lo acompaña.

¡Dios! Cómo me pone esa sonrisa con esa cara de niño bueno que se gasta.

Me levanto cuando llega a mi lugar y cuando quiero saludar me toma de la nuca besándome de esa manera en la que siempre lo hace con esa pasión que nos desborda cada vez que estamos juntos, me sienta en el escritorio y seguimos comiéndonos la boca hasta que nos separamos por falta de aire.

-¿En algún momento me dejarás saludarte de manera normal antes de perder el aliento por tus besos?. -le digo ya que siempre es igual no me deja decirle ni Hola sin que antes asalte mi boca.

Aiden me mira pensativo.

-Dal -acaricia mi mejilla- para que hacer eso cuando puedo besarte como me gusta, además eso también cuenta como saludo -me dice de manera pícara sonriendo y alzando una ceja- Y no te veo muy disgustada cuando lo hago así que mi respuesta a tu pregunta es no, no te saludaré de manera normal es mas rico hacerlo como lo hacemos.

Le da un mordisquito a mí labio inferior y sonrío.

-Está bien, tendré que hacer un gran esfuerzo por besarte entonces.

Me acerco a su boca y le doy un mordisco a su labio inferior como lo hizo él conmigo antes de rodear su cuello con mis brazos y besarlo de nuevo.

Le saco la chaqueta, él desabrocha mi blusa y baja las copas de mi sujetador mientras yo aparto su camisa. Estoy casi desnuda de cintura para arriba y acaricio su pecho desnudo, seguimos devorándonos la boca.

Sus manos bajan hasta mis muslos y se meten debajo de mi falda para subirla poco a poco hasta llegar a las bragas que están húmedas desde que lo ví entrar en la oficina.

InfielesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora