3O ⁞ Ausencia

528 76 56
                                    

Hyunjin se soltó del agarre de Jisung y presionó sus antebrazos contra su pecho, completamente avergonzado.

—Son... Son cicatrices viejas —dijo sin más.

—¿Cortadas? —esa palabra salió con dolor de la boca de Han. Hyunjin alejó la mirada y asintió suavemente.

El castaño abrió la laptop apresuradamente y apagó la música. La habitación se sumió en silencio por unos segundos.

—¿Aún lo haces?

—No —Hyunjin seguía con ambos brazos contra su pecho, como si evitar que Jisung volviera a ver las cicatrices sirviera de algo.

—¿Hace cuánto lo dejaste?

—Unos... 4 años. En la secundaria —respondía con la mirada pegada a las sábanas de la cama.

—¿Puedo? —Jisung señaló los brazos de Hyunjin, todavía con la expresión de preocupación en su rostro. El mayor lo miró y permaneció inmóvil unos segundos, pero su único pensamiento fue "¿Qué más da?" , así que se rindió y le mostró sus antebrazos a Hannie, sintiéndose aún más vulnerable.

Jisung tomó el brazo derecho de Hyunjin con sus manos, suavemente, con amor, como antes, y analizó las cicatrices. En efecto se veían viejas. Sólo eran suaves rayas de un tono de piel más claro que el resto.

—¿Quieres hablar del tema o...? —Han nunca había estado en una situación así, no sabía cuál era el protocolo a seguir—. ¿O prefieres que pretendamos que esto no pasó?

—Puedo hablar, está bien... Ha pasado tiempo —Hyunjin intentó una sonrisa al decirlo, pero fracasó.

—¿Por qué lo hacías?... —preguntó con cautela en su voz, como quien como quien camina por un bosque intentando no romper las hojas—. ¿Ocurrió algo?

—Porque era mi único escape.

—¿Escape de qué? —soltó el brazo de Hyunjin al terminar de examinarlo.

—De... todo. Cuando me cortaba todo se detenía. Mis pensamientos se detenían, el sufrimiento se detenía... y lo único que sentía era ese dolor en mis brazos, la sangre derramándose de ellos, el ardor en la piel... pero ya no ese dolor profundo en el pecho y en el corazón y en la cabeza, ya no sentía esa desesperación constante de su ausencia y de mi culpa. Todo mi dolor agobiante desaparecía... y por un momento sólo quedaba el pequeño dolor en mis brazos, un dolor mucho más soportable.

Jisung permaneció en silencio un rato, intentando digerir las palabras desgarradoras que acababa de oír.

—Hyung... Dijiste su ausencia... —señaló despacio, sintiendo que estaba entrando en aguas peligrosas—. ¿Ausencia de quién?

Hyunjin sacudió la cabeza, en una rotunda negación, y volvió su mirada a las sábanas.

—No quiero hablar de eso.

—¿Perdiste a alguien cercano?... —Han intentó insistir—. ¿Es esa la razón por la qu-

—N-no. No voy a hablar de eso, Jisung —siguió negando frenéticamente con la cabeza, —. Y-yo no... no puedo. No... Ella... —flexionó sus rodillas hacia arriba y apoyó las manos sobre ellas. Se notaba que estaba a punto de romper en llanto.

—Sólo estoy preocupado por ti... —acarició el cabello oscuro de Hyunjin—. Si me dices qué ocurrió entonc-

—Basta —se cubrió ambos ojos con sus manos y un par de sollozos se escaparon de su boca. Estaba haciendo un gran esfuerzo por no llorar, pero era casi inútil—. No quiero hablar de... de ella... En serio.

❝ flores anaranjadas › hyunsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora