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Agua

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Agua. En efecto el sábado hubo mucha agua. Pero Hyunjin no había planeado la lluvia, ni mucho menos las lágrimas.

—Llegué a imaginar un paseo en bote o una piscina, pero nunca se me ocurrió un picnic junto al clásico río Han —dijo Jisung mientras buscaban un lugar para sentarse.

—Era bastante obvio, ¿no crees? —bromeó el poeta, quién cargaba la canasta con comida.

—Pft, claro —le siguió la corriente—. Agua = Picnic junto al río Han. Esas dos cosas son sinónimos.

Finalmente encontraron un lugar en el parque suficientemente alejado de las demás personas como para no ser escuchados al hablar. Extendieron la sábana de cuadritos blancos y amarillos sobre el pasto y luego se sentaron con la pintoresca vista del río frente a ellos.

—Fuera de chiste me encanta esto, hyung —seguía con esa sonrisa que apareció en su rostro cuando Hyunjin le había revelado su plan hace una media hora—. Es emocionante. Nunca había tenido un picnic en toda mi vida.

—Yo tampoco... y la verdad tengo miedo... el día está mucho más nublado de lo que esperaba. Según el reporte del clima haría sol en la mañana, pero no veo el sol por ninguna parte.

—Quizás el sol es tímido, solo dale un rato para que se anime a salir y charlar con nosotros —sugirió Hannie con toda la empatía de una persona tímida a otra—. ¿Ya puedo ver qué trajiste en la canasta?

—Está bien —Hyunjin comenzó a sacar de una en una las cosas que aguardaban dentro. Jisung aplaudió ante cada cosa que salía de la canasta, como si se tratara de un sombrero de mago, y juntos organizaron la comida sobre la sábana de la forma más linda posible.

El picnic constaba de fresas, galletas con chips de chocolate negros y blancos, rollitos de canela, dos botellas de jugo de naranja y gomitas de diversos sabores.

Hyunjin abrió Spotify en su celular, buscó Traveller EPEX y luego subió el volumen al máximo. Al terminar la canción le entregó el teléfono a Jisung, quién eligió poner 10,000 Hours. Así, lentamente, fue transcurriendo la música, canción tras canción, y fue desapareciendo la comida, mordisco a mordisco.

Hasta que ya solo quedaba una última fresa y solo sonaba Best Part mientras Jisung recargaba su cabeza en el hombro contrario y ambos observaban el emblemático río de la ciudad.

—¿Quieres dividir la última fresa a la mitad? —le preguntó a Hyunjin, quien en lugar de responder tomó la fresa y la llevó a su boca velozmente—. ¡Hey! —Han enderezó su cuello, para notar que la fresa seguía inmóvil entre los labios del chico de la boina, como una silenciosa invitación. En vez de enojarse solo rio y se acercó a la roja fruta, pero, tal como si fuera el juego del pepero, logró tomar la fresa entre sus dientes sin tocar los labios ajenos y en un rápido movimiento se la arrebató a Hyunjin. Masticó su fresa unas cuantas veces y luego tragó sonriendo.

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