Todas esperamos desde niñas casarnos con ese chico "perfecto" que cuando te dice un "Si quiero" en el altar signifique un sí para toda la vida. ¿Quién me iba a decir que la vida real no era como en las películas?
No sentía las piernas, ni si quiera oía los tacos que soltaba Logan por toda la habitación. Estaba sumida en lo que acababa de ver. Era consciente de que mi vida había cambiado en menos de un segundo y que ya nada volvería a ser igual.
Solo podía decir en mi cabeza «Mierda, mierda, mierda»
—Nos divorciaremos —dijo Logan creyendo haber encontrado una solución—. Nadie tiene por que enterarse de esto —dirigió sus ojos caramelo hacia mi persona como si me estuviera advirtiendo de que me mantuviera callada.
—¡No se lo voy a contar a nadie! —le aseguré de brazos cruzados.
Decidimos olvidar aunque fuera por segundo de la situación. Salimos de la habitación y oímos ruidos procedentes de la planta de abajo. Bajamos en silencio los escalones y me percaté de que Logan llevaba el contrato matrimonial en la mano.
—Esconde eso.
Como me esperaba, no me hizo el menor caso.
—Para ya Vincent —oí la voz coqueta de Rachel que provenía de la cocina.
Entramos en la cocina mirándoles con cara de asco. Vincent y Rachel jugaban empalagosamente mientras preparaban el desayuno.
—Buenos días, tortolitos —dijo Logan pasando por mi lado y dirigiéndose a la nevera.
—Gil —me llamó mi mejor amiga con la mano.
Me acerqué a la encimera y cogí una de las pastillas para la resaca.
—¿Te acuerdas de lo que paso ayer? —me susurró Rachel al oído.
Me puse totalmente nerviosa y ella lo notó.
—Lo cierto es que me acuerdo de muy poco —mentí mientras me servía un vaso de agua para tomarme la pastilla.
—Gil, te enrollaste con Lon —confesó por lo bajo.
Lancé el agua que me bebía por los aires y me atraganté. Al parecer había hecho más cosas que casarme con Logan. Este, al ver el estropicio que había causado, se rió diciéndole a Vincent:
—No sabe ni beber agua.
Le miré odiosamente mientras escuchaba a mi amiga.
—¿No habréis....?
—¡Oh por dios Rachel! Por supuesto que no —negué en rotundo—. Sabes cuanta manía nos tenemos el uno al otro.
Ella puso los ojos en blanco y luego dirigió su mirada hacia los dos amigos que se reían en la mesa central de la cocina.
—Tienes que reconocer que haríais buena pareja Gil, no entiendo por que os odiáis de esa manera.
—Oh esa es mi parte favorita, te la explicaré. Logan y yo somos dos caracteres muy peculiares. En cuánto estos chocan...¡Boom! Es por eso que le encanta joderme, es tan gilipollas que necesita satisfacerse de alguna forma.
No soy orgullosa, pero tenéis que reconocer que tengo razón. Yo no le hice nada —desde el principio— él en cambbio encontró la perfecta ocasión para divertirse a mi costa. Todo el instituto esta al tanto de nuestra enemistad.
—Vincent, ¡devuélvemelo! —le gritó Logan a su amigo.
Tuve una corazonada de qué se trataba.
—¿Certificado de matrimonio?—rió Vincent mientras leía el papel, su expresión cambio en cuánto leyó más abajo— ¡Joder!
«Mierda, mierda y más mierda»
Condenada mala suerte la mía.
—¿Qué ocurre? —preguntó preocupada Rachel.
—¡Que se han casado!
—¡¡¡¿Que?!!!,¡¿Quienes?!¡¿Cuándo?!
Logan y yo nos miramos. Yo le miraba odiándole con todo mi ser y él simplemente me miraba de forma que decía "lo siento". Iba a necesitar más que una disculpa.
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Yo Os Declaro Enemigos
Humor• Del odio al amor no hay un paso, sino muchas locuras • Si te despiertas una mañana con un dolor de cabeza espantoso, un pedrusco encajado en el dedo y tu peor enemigo durmiendo a tu lado, entonces preferirías volver a dormirte y, si hace fal...