-¡Mi hija es inocente!
-Eso dicen todos -respondió el policía mientras le daba Play a un vídeo.
Logan y yo esposados, nunca mejor dicho, observamos desde los fríos asientos de la comisaría el vídeo.
-Hey Mr. Weels -oí mi voz en el vídeo.
-Pero si es la señora Weels -decía la voz borracha de Logan.
«Mierda, mierda, mierda»
Allí estábamos ambos, la noche de nuestra boda grafiteando en el muro del ayuntamiento: "THE WEEL'S"
Ahora sí, deseaba hundirme en mi tumba y no volver a salir.
Aquel era por así decirlo...nuestro pequeño delito. En primer lugar, Logan podía beber...pero yo no. Mi madre se negaba a pagar la fianza hasta mañana y la idea le pareció magnífica a Bridgett. No se les paso por la cabeza que nos gustará estar encerrados una maldita noche entera en un cubículo rodeado de barrotes.
-Mamá no me hagas esto, coge el dinero de la fianza que tengo en mi cuenta.
«Nuestra cuenta» corregí en mi mente.
-Lo siento Lon, tienes que aprender la lección.
-No me dejes aquí con ella -refiriéndose a mí al mismo tiempo que sacudía los barrotes.
Yo simplemente decidí respirar hondo y analizar la situación. ¿Una noche? Tampoco era para tanto. La cuestión era clara... ¿Sobreviviría a pasarla junto a él?
Dios, ya sé que nunca acudo a misa, y que apenas creo en ti, pero si me estas escuchando por favor dame fuerzas.
-Estarás contenta ¿no?-me dijo él tirándose contra pared y quedando sentado sobre el frío suelo.
-Oh, Logan si estamos aquí es por tu puta culpa.
-Primero me jodes el polvo con Alysha y ahora me hechas en cara que no sepas controlarte con el alcohol.
-Eres odioso.
-Yo también te quiero mi vida.
Logan era, era tan....tan tan... Con la camisa arrugada y el pelo dorado revuelto.... Dios estaba tan bueno el desgraciado. Ya podía haberme casado con un tío feo así sería más fácil odiarle.
Giselle volviendo a la Tierra.
Mi maridito se sacó y un cigarro y se lo encendió. Yo me controlaba por no quedarme mirándolo fijamente.
Me abracé con cierto frío pues en el mini-calabozo parecía más una mini-nevera.
Logan con un mal de ojo se quitó la chaqueta y me la tiró con brusquedad.
-Toma, no quiero oír tus quejas toda la noche.
Vaya el capullo tenía algo de caballero.
Me puse su chaqueta y fascinada inspiré aquel olor a perfume masculino que era fuerte y al mismo tiempo dulzón. Joder, como olía el desgraciado.
Me quedé dormida con las piernas abrazadas para no chocar con las de Logan. Había una gran falta de espacio en el cubículo. De pronto me vi soñando con el día de mi boda.
-Giselle Holaham, ¿Quieres a Logan Weels para lo bueno y lo malo hasta que la muerte os separé?
Miré a Logan, vestido de traje que me imploraba un sí por respuesta.
Me quite el velo y con dulzura respondí:-No, no quiero.
Pum, me desperté horas después con los sueños aún debatiendo mi mente. Ronroneé como un gatito, el olor de Logan aún seguía en el aire.
-Oh mírales, Madeleyne, el amor adolescente.
Un momento... Abrí los ojos y vi que estaba durmiendo pegadita a Logan y este me rodeaba con sus brazos. ¿Pero qué demonios?
Me aparté de golpe despertándole y miré hacia nuestras madres. Nos observaban detrás de los barrotes como si fuéramos dos animales del zoológico.
-Espero que hayáis aprendido la lección.
Nos miramos avergonzados de reojo.
-Sacadnos de aquí.
Nos ficharon y tomaron nuestras huellas como si fuéramos delincuentes.
-Giselle, casi se me olvida, Oliver te espera afuera desde hace una hora.
¿Oliver? No podía ser. Aquel chico que se podría decir que fue mi primer novio. Lo dejamos hace un par de semanas por que no estaba segura de querer seguir engañándome a mí misma. Habíamos quedado como amigos, pero a los dos se nos hacía raro. Yo sabía de sobra que le costaría olvidarme.
Salí corriendo de comisaría. Bajé un par de escalones y me quedé parada. Estaba tan guapo, apoyado en su BMW blanco con los brazos cruzados y sonriéndome.
-Vaya pero si es la pequeña delincuente, oí que te habías metido en problemas...
Debió llamarlo mi madre, cómo no.
Baje los últimos peldaños y lo abracé fuertemente. Cuando nos separamos vi como se paraba a ver detrás de mí.
-¿Qué pasa?
-¿Ese cretino es Logan Weels?
-¿Cretino?-dijo Logan acercándose a ambos mientras bajaba las escaleras- No, yo no soy un cretino, soy el maridito de Giselle.
Me cago en su...
«Cállate, cállate» supliqué en mi subconsciente.
-Gil ¿de qué esta hablando?
-Giselle y yo estamos casados.
Yo lo mato.
Oliver vio mi anillo en mi mano, jamás lo vi tan sorprendido.
-Yo.. Te lo puedo explicar, Oli.
-No lo entiendo Giselle, de verás que no lo entiendo. Primero me dejas por que tienes miedo a comprometerte y ahora te casas con él.
Logan parecía pasárselo en grande. Me la había devuelto y podría decirse que en su interior pensaba: jaque mate.
Oliver se subió al coche y se marchó dejándome destrozada.
-Acabas de joderme... -le espere con ira a mi marido.
-¿El qué? ¿La única relación de tu patética vida?
Apunto de llorar me quite su chaqueta y se la lancé con todas mis fuerzas.
De pronto, mi móvil comenzó a sonar y me lo saqué del bolsillo rápidamente.
-¿Si?
-¡Giselle! Lo ha hecho, lo ha hecho -decía Rachel gritando de una manera inentendible.
-¿Qué? ¿el qué?
-Vincent me ha pedido matrimonio.
Ando dudosa, ¿cómo va na historia? ¿Bien, mal, genial, fatal?
Dedicado a @LluvianaTR , por sus increíbles ánimos y comentarios ❤
ESTÁS LEYENDO
Yo Os Declaro Enemigos
Humor• Del odio al amor no hay un paso, sino muchas locuras • Si te despiertas una mañana con un dolor de cabeza espantoso, un pedrusco encajado en el dedo y tu peor enemigo durmiendo a tu lado, entonces preferirías volver a dormirte y, si hace fal...