Infiel

99.8K 7.2K 455
                                        

—Me voy a casa —añadí sin ningún tipo de gana de soportar toda una noche ser la parejita de Logan.

—Yo también —dijo él andando hacia mi dirección opuesta.

—¡Esperad! —nos gritó Vincent nada contento.

Nos detuvimos con la mirada puesta en el suelo.

—Sois nuestros padrinos de la boda, tenéis que acompañarnos.

—¡No pienso fingir ser pareja de él!

Rachel entrecerró los ojos de una manera bastante incómoda que me hizo replantearme lo que me pedían.

—¿Por qué te quejas siempre de todo? —quiso saber mi maridito  con tono cortante.

¿Y ahora esto? ¿Iba ha hacerme algún tipo de análisis psicológico o qué?

Orgullosa, atrapé el brazo de Logan y tiré de él conduciéndole detrás de Vincent y Rachel.

—Compórtate ¿quieres?

Él divertido dijo por lo bajo:

—Te digo lo mismo, no quiero que mi reputación se vea afectada por mi presencia a tu lado.

«Capullo» pensé dejando claro que debería llevarlo tatuado en la frente.

Nada más entrar no fuimos capaces de distinguir tanta pareja junta. Hablaban en grupos como si estuvieran conociendo y os seré sincera, todas —absolutamente todas— las mujeres portaban un anillo en su mano. Volví mi mirada al pedrusco de mi mano, quería quitármelo, pero algo me impulsaba a no hacerlo, al menos no era una extraña entre tantas prometidas. Deberían ser parejas de otros pueblos cerca de Vingstone porque no reconocí más que aún par de personas. Me escondí tras un camarero tirando de Logan al ver como mi vecina Amanda estaba a varios metros de mí.

—¿De quién te escondes? —se mofó de Logan tirando de mi brazo para dejarme al descubierto.— ¿Te avergüenzas de mí?

—Sí, así que sino te importa...

Fui a separarme de él cuando me sostuvo fuertemente evitando que me escapara.

—¿A dónde te crees que vas? Escuchame bien,  he soportado todo el día tu drogada repentina, así que haz el maldito favor de comportarte por Rachel y Vincent —me sorprendió aquel tono tan frío y firme que me dejo paralizada, menudo marido.

—¿Desde cuando te importa la felicidad de Vincent y Rachel?

Fue a responder cuando una pareja nos paró para sacarnos conversación.

—¿Y cuál es vuestra historia de amor? —dijo ella desatando repentina curiosidad ante dos desconocidos.

Logan y yo intercambiamos miradas para no reírnos de la ironía que se aspiraba en el aire.

—Nos conocimos en los servicios comunitarios —soltó improvisando.

Decidí seguirle el juego, aquella noche necesitaba venganza.

—Siempre nos llevamos mal, imaginaros... sujetando ambos la misma bolsa de basura.

La pareja se rió y dejo que siguiéramos hablando.

—En aquellos momentos no nos dirigíamos palabra más que para insultarnos —narró él dedicándome una sonrisa que sino fuera por que conocía sus intenciones me la habría creído.

—Entonces vino a mi casa drogado.

Logan se atragantó cuando solté mis...digamos "pequeñas mentiras".

—Le habían dado un alucinógeno y yo era la que estaba más cerca de su casa.

La pareja parecía bastante impresionada a tal extraño cuento que nos estábamos inventado.

—Cariño...creo que estas cambiando los papeles. Si no recuerdo mal, acudí a tu casa por esa preciosa carta de amor que me distes. Por supuesto que no la escribió en un estado sobrio.

Todos se rieron, inclusive las parejas que se habían unido.

—Bueno no saquemos los peores detalles, mi vida —contrataqué— no te olvides de mencionar a aquella stripper que casi te tiras delante de mis ojos, se llamaba... ¿Alysha?

Se hizo el silencio al haber desatado un comportamiento infiel por parte de mi maridito que le dejó en el peor lugar.  Aproveché la situación para dejar aquel lugar de una maldita vez pues nuestros amigos parecían estar a la perfección hablando con otras parejas igual de enamoradas.

Esta vez Logan no consiguió pararme. Expiré relajada aquella frescura del aire al salir al exterior. Apoyé mis manos en mis caderas y me relajé como pude.

—¿Te está dando una especie de ataque de ansiedad?

¡Quería dejarme en paz de una puta vez!

—Piérdete.

—Venga sube al coche, te llevó a casa antes de que te vuelvan a drogar.

Mi mente racional se negó, pero, en cuanto Logan me introdujo en su coche, ya no había marcha atrás. Arrancó e hizo una elegante maniobra para salir del aparcamiento.

Pronto capté que íbamos en la dirección equivocada.

—Mi casa esta por el otro lado.

—Antes tengo que ir a por un par de cosas —dijo él dejando claro que lo suyo era más importante.

Tras varias calles nos detuvimos en frente de un supermercado. Logan dejó las llaves puestas y se marchó. Se me pasó por un momento la descabellada idea de arrancar el coche y dejar tirado a mi maridito. Era mala pero no tanto, habría sido gracioso. Opté por encender la radio y pasar de canal hasta encontrar una buena canción. Inquieta investigué hasta dar con el botón que habría la capota del descapotable. Sin pensármelo dos veces le di y espere a que esta se plegará sobre mi cabeza.

Logan salió del supermercado con una bolsa de plástico y alzó una ceja al ver el chiringuito que me había montado. Se internó en el asiento del conductor saltando sin abrir la puerta y dejando la bolsa a sus pies.

—¿Qué traes?

—Mi salvación.

No le entendí, me límite a dejar que arrancara y se pusiera en marcha. A medio trayecto abrió a bolsa y sacó una botella de vodka blanco. Con solo una mano fue capaz de destaparla y pegarle un tragó con la mirada fija en la carretera.

—Oh vamos, Logan, dame un par de tragos anda —pedí muerta de ganas de olvidar mis problemas en el alcohol.

Soltó una carcajada que negaba cualquier posibilidad de beber de su botella.

—No puedo arriesgarme, Giselle, la última vez no acabamos del todo bien.

—¡No seas estrecho! —protesté— es sábado y no hay nada que hacer.

Esta vez me miró dudando entre ceder o no. Finalmente, me pasó la botella diciendo:

—Solo un trago.

Sonreí, me había salido con la mía. Y ahora sí, que levante la mano quién se crea que solo, pero solo, fue un trago.

  
      




Yo Os Declaro EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora