—Rachel viene hacia aquí —le informé a mi maridito—. Tienes que irte.
—¡¿Qué?!
—Que tienes que irte —le repetí.
—¿Por qué? —ansió saber.
—Por que no quiero que se entere de lo nuestro, necesito tiempo para contárselo.
—¿Te das cuenta de lo absurdo que suena eso? —me preguntó de brazos cruzados agotando mi paciencia.
—Joder, Logan, no me seas crío.
Estaba histérica, realmente histérica. Mi mejor podría estar embarazada de Vicent. Y yo aquí discutiendo otra vez con el incansable Logan Weels.
—¡Escúchame! —le pedí cogiéndole de ambas mejillas para me mirara a los ojos—. No quiero darle más disgustos a mi mejor amiga, ¿lo entiendes?
—¿Así que para ti soy un disgusto?
Puse los ojos en blanco. Ui Logan no sigas o... Se me escapó la mano y lo abofeteé.
—Eso para que no se te ocurra volver a sacar especulaciones erróneas.
—Cariño, siento tener que interrumpir vuestra discusión matrimonial pero me voy con Mollie a la compra y después nos pasaremos por el trabajo de Ted.
—Esta bien —le dije captando su mensaje de que llegaría tarde.
Cuando cerraron la puerta volví con mi maridito.
—Llevo todo el año diciéndole a Rachel lo detestable qué eres. ¿Cómo crees que afectará a mi orgullo si entera de que somos pareja?
—¿Todo este drama se debe a tu orgullo? —me gritó flipando en colores.
—¡Pues sí! —confesé—. No tiene nada que ver con que sienta vergüenza de ti si es eso lo que te preocupa.
Logan se me quedó mirando sin proferir sonido alguno como si estuviera embobado.
—Eooo —le dije pasando una mano por su rostro para que regresara al planeta Tierra.
—Sabes... Es que...te pones muy guapa cuando te enfadas.
—¿Me tomas el pelo? —le espete como una posesa.
—No —cogió aire—. Lo siento, no voy a poder aguantar por más tiempo.
¿Pero qué... ? Me cogió de la cintura y me atrapó con sus brazos llevando mi boca hacia la suya. Vale, esto no esta bien, no podemos arreglar las discusiones con este tipo de reconciliaciones.
—Mmm, mmlongan —intenté pararle con la boca ocupada. Pero mis intentos eran fallidos pues yo tampoco quería separarme.
Le deseaba, deseaba a Logan Weels más que a ningún otro hombre de mis escasas relaciones. Me encantaba el efecto que poseía en mí, me sentía indefensa como si nada pudiese parar mis sentimientos hacia él.
—Gil, la puerta estaba abierta y... ¡Oh la madre que os parió!
Oh, ... Ya os conocéis la palabra siguiente. Y para lo que no; os daré una pista, empieza por M.
—¿Rachel?
¡Bravo! Tenía que enterarse en el peor momento. Si es que joder, ¿por qué todo me pasa a mí?
—¿Eso es una prueba de embarazo? —preguntó el idiota de mi maridito al ver lo que portaba Rachel en las manos—. ¿No estarás... ?
—Eso es lo que intentamos averiguar, Logan, espabila —le dije dándole un codazo enfadada de que por su maldita culpa Rachel se hubiese enterado.
—No puedo creerlo —susurró por lo bajo mi mejor amiga—. Tú y... Logan. ¿Cómo es posible?
Yo también me hacía esa pregunta.
—Han pasado muchas cosas desde que os fuisteis de luna de miel.
¡Y tantas!
—Esperad... Nos vamos del tema —nos dijo Logan—. ¿Vincent sabe que tú estás... ?
Rachel negó con la cabeza. Estaba nerviosa, podía notarlo.
—Por-por eso necesito hacerme esta prueba —sollozó ella agitando el test de embarazo.
—Rach, amor, no te preocupes —la tranquilice abrazándola—. Métete en el baño y háztela, nosotros estaremos aquí, ¿vale?
Asintió e hizo exactamente lo que le dije.
Mientras esperábamos, Logan se apoyó contra la pared cruzando las piernas.
—Vincent, va a flipar.
—¡Aún no sabemos nada!
Ding, dong. El timbre interrumpió la que podría haber sido nuestra siguiente pelea.
—Espera —me paró él para asegurarse de quien era por la mirilla de la puerta.
—¿Quién es?
—¡Yo lo mato! —saltó Logan sobresaltándome de golpe—. ¿Cómo se atreve el muy desgraciado de venir aquí?
En cuanto me acerqué a la mirilla pude ver a Oliver esperando impaciente a que le abrieran la puerta. ¡Estupendo! Algo me decía que moriría por una sobredosis de celos por parte de mi maridito.
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Yo Os Declaro Enemigos
Humor• Del odio al amor no hay un paso, sino muchas locuras • Si te despiertas una mañana con un dolor de cabeza espantoso, un pedrusco encajado en el dedo y tu peor enemigo durmiendo a tu lado, entonces preferirías volver a dormirte y, si hace fal...