—¡No! —grité yo sobresaltando a todos los presentes con mi cortante negación—. Me niego en rotundo ha estar casada con él. —Le señalé con el dedo fijamente.
Y llegamos de nuevo al principio.
El señor Parker, el abogado de mi madre, estaba acostumbrado a los mil divorcios que había tenido que llevar a cabo. Mi madre, por supuesto, era la mejor preparada para estas situaciones. Los padres de Logan y ella habían tomado la decisión de anular el matrimonio y ,lamentablemente, no se podía.
Mi maridito era mayor de edad y yo era menor, así que debíamos esperar un período de seis semanas para pedir la demanda de divorcio. Salí del bufete de abogados con los humos disparados. Seis putas, malditas, desgraciadas, horribles, semanas. ¿Cómo actuaríamos ambos? ¿Cómo si no hubiese pasado nada?
—¿Te ocurre algo, cariño mío?—me dijo Logan mofándose de mí mientras se encendía un cigarro.
Tenía unas ganas tremendas de matarlo a golpes, sería una bonita forma de desahogarme pues lanzando tazas solo una parte diminuta de mi ser se había calmado.
Mi madre y sus padres conversaban al otro lado de la puerta acristalada del bufete.
—Oh por supuesto que no, amor mío —respondí con ese tono que había utilizado conmigo—. Simplemente, me he casado un auténtico gilipollas, nada del otro mundo.
Fingió reírse mientras una vez más exhalaba el humo del cigarrillo. No lograba entender como era tan estúpido como para estropear su hilera de dientes perfectamente blancos. Tenía que reconocer que Logan era guapo y su interior le estropeaba de pies a cabeza, menudo desperdicio.
—No haber dicho "Sí, quiero".
—¡No haberme emborrachado! —le espeté recordando una fracción de la noche de mi boda.
Lo único que recuerdo era que Logan se encargó de traer varias botellas con más del 40% de alcohol. Sus palabras exactas fueron: "Menuda estrecha, ¿tienes miedo a emborracharte?". ¿Y qué hice yo como una tonta? Pues demostrarle orgullosa que era capaz de beber llevándonos a esta dramática situación de la que no sabíamos como salir.
—Perdona, mi vida, pero yo no te obligué a coger la botella.
El cabrón tenía razón, como me cabreaba que la tuviera.
—¿Y quién trajo la puta botella, ehh?
No contestó, soltó una muesca y volvió a dar una calada que esta vez fue más profunda.
—¿Me devuelves mi anillo? —dijo por fin rompiendo el silencio que se había creado entre ambos.
Directamente miré mi mano adornada con aquel pedrusco que cualquier chica mataría por tener.
—¿Sabes qué? No, no te devuelvo.
Me cruce de brazos desafiante.
Logan se movió de la pared donde estaba apoyado y caminó con sigilo hasta llegar a unos meros centímetros de mí. Le pegó una calada a su casi terminado cigarro y me lanzó el humo en la cara.
—No te atrevas a desafiar a tu marido.
—¿O qué?
Sonrió con malicia y no pude evitar preguntarme que pasaría por su mente en aquellos momentos.
—Giselle —me llamó mi madre interrumpiéndonos.
Ambos nos separamos bruscamente el uno del otro dirigiendo nuestra miradas hacia nuestros padres.
—Los Weels nos han invitado a cenar para conocernos. ¿No es fantástico?
Tierra, trágame.
Bueno lindas, espero que os este gustando!! Besus❤
![](https://img.wattpad.com/cover/34419953-288-k91083.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Yo Os Declaro Enemigos
Humor• Del odio al amor no hay un paso, sino muchas locuras • Si te despiertas una mañana con un dolor de cabeza espantoso, un pedrusco encajado en el dedo y tu peor enemigo durmiendo a tu lado, entonces preferirías volver a dormirte y, si hace fal...