Alucinaciones

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No sé cómo acabe dentro del coche azul de Logan. Al parecer estaba en la etapa alucinógena de la droga y parecía una loca que se había escapado en pijama del psiquiátrico.

—Estate quietecita hasta que lleguemos —me dijo él al ver que no dejaba de tocar todos lo botones del coche.

Sin darme cuenta toqué el botón para que se abriera la capota del descapotable.

—Joder Giselle, ciérrala.

—Shh —susurré mandándole callar con un dedo en la boca.

La capota se desplegó y se guardó en el maletero automáticamente. Empecé a gritar como loca al notar todo el aire que nos venía de frente. Logan estaba con la mirada puesta en la carretera y con los humos disparados.

Aproveché para encender la radio justo cuando sonaba una canción que le daba vidilla al asunto: Hot N cold. De Katy Perry. Empecé a bailar en el asiento descontrolada y me desabroché el cinturón.

—¿Pero qué haces?

Me levanté sujetando mis manos al cristal del descapotable.

—Uuuooo —grité posando mis ojos kiwi en la gente que dejábamos atrás por las calles.

—¡Siéntate! —me espetó arisco.

Me reincorporé en el asiento y le solté una cara de asco.

—¿Puedo preguntarte algooou?

Él no respondió.

—¿Por qué me odias tanto?

La pregunta pareció llegarle por sorpresa.

—No te odio, es solo que...estas drogada no merece la pena hablar contigo.

—¡Bipolar! Ibas a decirlo —me quejé de brazos cruzados—. Y yo merezco la pena para tu información.

No dijo nada como me esperaba, que poco hombre esta hecho.

—¡Para el coche!

Dio un frenazo que casi hizo que saliera disparada.

—¿Qué pasa?

—¡Casi atropellas a un elfo imbécil!

Soltó una carcajada que resonó repetida en mi mente varias veces.

Puso el coche de nuevo en marcha y llegamos a una parte de Vingstone que no me sonaba mucho. Eran unos barrios que desde mi punto de vista daban mala pinta.

Logan me sacó del coche y me sujetó entre sus brazos para que no me escapará corriendo tras algún elfo.

—¿Qué hacemos.... aquí?

—Asegurarnos de qué te han dado.

—¿Estamos aquí por mí? Creí que te importaba una mierda lo que me pasará.

—Shh —me tapó la boca con la mano haciéndome callar.

—Vaya pero si es Logan —dijo una voz masculina.

Era un chico alto que por sus músculos sería capaz de crujirte los huesos de un solo golpe. Que gente más rara conocía Logan.

—¿Quién es ese elfo?

El chico se quedó mudo al ver mi estado alucinógeno.

—¿Quién es ella? —le preguntó a Logan.

—Es mi mujer y la han drogado. ¿Sabes qué es?

«¿Mujer?» me reí como nunca creyendo que me reía en mi mente cuando en realidad me reía en voz alta.

—Dioss si que esta mal, por sus pupilas yo diría que es CLts pero si muestra signos alucinógenos tan altos será una petacedona de las fuertes.

No entendí una mierda, yo solo veía un elfo alto hablar y hablar mientras sus labios se movían como la gelatina.

Dos segundos después estaba tumbada en la carretera haciendo los famosos ángeles de nieve en el asfalto.

Y pum, me desperté como si todo hubiese sido un bonito sueño. Mi cuerpo estaba como si me hubiesen dado mil calmantes. Fue raro ver mi habitación justo cuando estaba anocheciendo.

Me palpé la frente sudorosa e hice un esfuerzo por salir de mi cuarto. Abajo se oían voces procedentes de la cocina. Abrí la puerta, y atónita, vi a mi madre, a Mollie y a Logan hablar tan tranquilamente como si fueran una familia.

—Al fin despierta la bella durmiente —dijo Logan provocando que Mollie se riera.

Fui a abrir la boca cuando mi madre dijo:

—Logan te trajo a casa dormida, nos ha contado la cantidad de sueño acumulado que tenías encima cielo.

«Muy ingenioso» pensé ante la creatividad que poseía mi maridito para mentir.

—Será mejor que te vistas —dijo él—. Rachel y Vincent nos esperan para una convención a la que debemos acudir con ellos.

Menudas ganas tenía yo en aquel momento. Subí a mi habitación y me cambié poniéndome un vestido que me moría por probarme. Era un vestido blanco ni muy largo ni muy corto, con la espalda entrecruzada que lo hacía parecer elegante. Los tirantes eran como dos brazaletes que se acomodaban a mis hombros.

   Me solté el pelo y le di un buen repaso con el cepillo, ya era hora de arreglar esa maraña.

    Creo que creé gran impresión en Logan por que se me comía con los ojos y me pareció divertido.
En cuanto nos subimos al coche no quise preguntarle nada sobre las últimas horas de mi vida, me moría de vergüenza.

—¿De qué es la convención?

—Algo que tiene que ver con la boda, no sé más.

Nos mantuvimos callados hasta llegar a un edificio donde se creaban este tipo de actos. Rachel y Vincent no esperaban en la entrada pegaditos el uno al otro como siempre.

—Llegáis tarde —señaló la puntual de Rachel.

—Por que será... —dijo Logan mirándome.

Puse los ojos en blanco, podría echarme en cara lo de mis alucinaciones en cualquier momento.

—Venga entremos —nos dijo Vincent.

Fuimos a entrar cuando Rachel puntualizó:

—Ah se me olvidaba deciros que solo podéis entrar en pareja.


Dedicated to @Laady99  una estupenda lectora

Yo Os Declaro EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora