Una declaración

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Rrrr, rrrr. Sonaba el maldito frigerador constantemente. Gritamos y gritamos pero nada, aquellas paredes metálicas estaban hechas para que no pudiéramos pedir auxilio.

—Joder Giselle, ¡¿quién te manda tropezar?!

—¿Perdona? Ahh, así que yo soy la culpable —zarandeé los brazos incrédula a tal absurda hipótesis.

—Tú misma lo has dicho.

Enfadada comencé a buscar algo de comida que se pudiera consumir congelada. Por supuesto que descarté de inmediato las Coca-colas. No había más que marisco, carne o verduras.

—¿Quieres quedarte quieta? Me estás estresando.

Frunci la mirada declarando el buen humor que tenía.

—¿Es que no lo entiendes pedazo de idiota? Si me quedo quieta me congelare de frío.

  Logan se sacó un mechero de la chaqueta y se encendió un cigarro. ¡Estupendo! Lo que me faltaba, fumadora pasiva en un cubículo helado con mi maridito.

Logré dar con un cubo escondido tras varias gambas. Al abrirlo sonreí triunfante al ver helado de vainilla y limón, juntos en un mismo bote. Aquello no me haría entrar en calor pero si permitiría que no me muriera de hambre.

Me senté frente a Logan contra la pared y comencé a comer sin importar si me miraba o no. Ese helado estaba tremendo.

—Si nos morimos aquí...—supuso Logan—. ¿Cuales serían tus últimas palabras?

Puse los ojos en blanco y pensé a fondo. ¿Últimas palabras?

—Te odio.

Se rió como si no se lo creyera.

—¡Va enserio! —aclaré riéndome—. Es una declaración de odio.

—¿Una declaración de odio? —su sonrisa se ensanchó—. Está bien Gissie, yo también me declaro tu enemigo.

Parecía que hablábamos en broma y quería que fuera así, ¿por qué? No tengo ni idea.

—Anda pasa el helado, y yo te paso unas caladas.

—Ahh ¿intercambio de bienes? —alcé una ceja viendo que Logan se moría por mi helado—. Hay un problema, yo no fumo, odio el tabaco.

—¿Odias muchas cosas, ehh?

Sonreí suspicaz y dije sin el menor arrepentimiento:

—Tranquilo, tú estas el primero en mi lista negra.

—¡Qué importante me siento! —fingió entusiasmo en su voz provocando que soltará una carcajada.

—Umm, tengo una pregunta para ti —dije mientras le pasaba el cubo de helado.

—Dispara.

Me quedé embobada viendo dos cosas tremendamente buenas juntas; Logan y helado. ¡Giselle despierta!

—Eh... ah sí, ¿por qué eres bipolar?

Creó que la pregunta le pilló desprevenido.

—¿Me consideras bipolar?

—¡Oh vamos Logan! No hay quién te entienda, aveces eres un auténtico capullo y otras veces eres... —me quedé estancada.

—¿Soy qué? —quiso saber.

—Eres... —mis dientes comenzaron a castañear de frío.

—¿Tienes frío?

Asentí mientras me abrazaba con los brazos, tal vez comer helado no me había venido muy bien.

—En ese caso...hay una única forma de entrar en calor —sugirió divertido.

—Rotundamete no.

—No seas mal pensada, no me refería a ese "tipo" de contacto físico.

   En mi defensa... ¡Yo no me refería a ese tipo de contacto físico!

—Vamos acércate, Catwoman.

Menuda tentación me estaba ofreciendo.

—¡¿Catwoman?!

—¿No sabías que los gatos negros dan mala suerte?

—Muy gracioso.

Me arrimé a su lado y dejé que me rodeara con sus brazos. Madre mía, mi corazón iba a mil por hora. Logan olía exageradamente bien que por un momento me olvidé de que estábamos encerrados en un congelador.

—Tranquila, nos acabará encontrado Daisy —quiso tranquilizarme al ver las pocas esperanzas que nos quedaban.

Me apretujé contra él más fuerte expulsando vapor por mi boca. Aquel contacto con Logan era de los más relajante, sabía que una vez que nos encontrarán se terminaría. Pasamos largos minutos que se nos hicieron eternos. Gracias a su mechero mantuvimos la llama contra nuestros dedos congelados.

—Antes de que esto vaya a más quiero contarte algo —confesó él.

Esperó unos segundos y no dije nada para que pudiera contármelo.

—Ve-veras hace ya tiempo que...¡Giselle! No te duermas —noté como me sacudía.

Abrí los ojos y articulé:

—Dime.

Fue a hablar cuando la puerta metálica de abrió. Conseguí mover la cabeza y ver quien era nuestro salvador.

—¿Oliver?

  
   

Yo Os Declaro EnemigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora