Capítulo IV

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Dos, Tres, cuatro ronda de tragos entre mis amigos y algunos compañeros de Mads, nos hicieron llegar al momento de tener algún reto tonto de baile

Donde Kira sacó su perra interior latina y la dio toda, luego esta Mads y Cerez que por alguna razón se sincronizaron para una coreografía de esas que vez en tiktok. Lo admito bailan mejor de lo que pensé, luego estoy yo que ya he perdido mi abrigo, quedando en solo una falda que se determina en subirse y una blusa  trasparente que solo cubre mis senos con encaje en forma de ropa interior. La verdad ya estaba suficientemente feliz con el trago y el ambiente que poco me importa.

Debo lucir como un ciervo deslumbrado con ojos brillantes, cabello revuelto y frente sudada. Cerez me empuja por la espalda para que camine hasta el baño de la primera planta, yo río mientras canto

- ¡Pucca quiere a Garu! - eso si no alcanzo a dar más pasos porque enseguida me enredo con mis pies y terminó balanceado mi cuerpo hacia adelante

Gracias a Marvel, mi mejor amigo estaba ahí para agarrar mi brazo y volverme a mi lugar, claro pegándome en el proceso a su duro pecho. Ronroneo en forma de juego

- Papacito, quiero una canción en español para bailar - le comento haciendo puchero

- Lo conseguiré para ti - afirma volviendo hacer que camine - Ahora lava tu cara y enfoca

Me abre la puerta del baño que por suerte está desocupado y me hace entrar. Suspiro y me miró en el espejo sonriendo como la puta ama

- Soy lo mejor - me digo. Abro el grifo y meto mis manos, una corriente se expande de mis brazos a mi espina dorsal cuando siento el frío del agua mojar mi piel

Me echo esta en el rostro con cuidado y me despierta un poco, trato de no tallar para que el maquillaje no me ponga como payaso, aunque esté es aprueba de agua. Peinó mi cabello humedecido, dejando los minis mareos pero todavía sintiendo esa corriente de alegría y estiró mi falda antes de salir

En el pasillo con luces moradas y azules me es presentado dos figuras que inesperadamente hace temblar mis piernas. El chico del salón de castigo con gorra que le queda como para abrirles las piernas sin pensar, esta hablando con Cerez. Mi amigo como si fuera poco se ve increíblemente ardiente con su cabellos revueltos, su piel blanca brillante pero no de forma rara, camisa arrugada y sin el suéter de leñador de antes que tapaba sus largos brazos con músculos duros sin exagerar.

Cerez se está riendo con malicia mientras se inclina hasta el chico de gorra, de éste no se puede ver mucho sus expresiones por la misma pero su cuerpo apunta al peli blanco de forma coqueta

- ¡Hey Trix! - la mirada del pelo blanco cae en mi y me hace un además para que vaya junto a ellos

Le hago caso y pongo a mis pies a trabajar y levanto mi barbilla con confianza, en eso el de la gorra da dos pasos hacia atrás para darle espacio a Cerez. Llego a su lado haciendo contacto con los ojos del chico de gorra, esté me mira fijamente con expresión oscura y dilatada

- Muñeca, te acuerdas de nuestro compañero - El pelo blanco tira de mi hasta hacerme quedar en medio de ellos dos. En el proceso ancla una de sus manos a mi cintura para luego pegarme más a él, al punto de sentir su calor cubrirme.

Quiero soltar un jadeo pero apretó mis labios antes de soltar algo, menos con el chico de gorra mirándonos tan atento y estando tan cerca. Trago saliva y alzó una de mis cejas hacia esté

- ¿Lo recuerdas? Dijiste que te miraba feo en el salón de detención y aquí también te miro algo intenso - comenta sin vergüenza mi querido amigo. Le golpeó su costado con mi codo al terminar lo dicho

Eres tan Gay como para ser GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora