Capítulo XX

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Escucho como la puerta es azotada, el murmullo molesto de mi amiga que hace no mucho estaba tratando de quitarme la sabana encima, cosa que obviamente no pudo. Mi sueño por desgracias había empezado a desaparecer para dejarme más consiente de mi alrededor

- Por favor haz que se levante - escucho con más claridad la petición de Kira a la persona que acaba de entrar

- Na - escucho el tono de burla de Cerez. Sonrió entre lo poco que queda de mi sueño

Mi colchón se hunde a la presencia de mi novio, que asumo esta subiéndose a la cama junto a mi. Eso molesta mas a Kira que le insulta en su dilecto colombiano antes de decir que irá al baño.

Me remuevo entre las sábanas que me envuelve como una cobra a su presa, cuando veo que me jalan las sábanas, luego me hacen colocar de medio lado para seguido sentir el reconfortante calor y olor de uno de mis chicos, juro que ahora menos quiero levantarme.

Estoy derretida dejando que Cerez se acomodé a él y a mi en la cama, por lo cual pronto estoy sobre el pecho del pelo blanco con la una de mis piernas entrelazada con la suya, con mi cuerpo medio subido al suyo mientras sus brazos me envuelven y acarician el cabello. Suspiro con adoración por las caricias suaves

Me hundo más en su calor percibiendo con más claridad su olor dulce con toques de jabón. De la nada llenando el silencio empieza a cantar o mejor dicho tararear notas de alguna canción suave, con su voz ronca entonando. Eso hace que toda yo despierte para deleitarse por las vibraciones que su pecho me trasmite, placenteramente me extreme y eso lo complace. Un escalofrío me recorre de nuevo al sentir algo frío, por lo que creo es uno de sus anillos, sobre la piel tibia de mi nuca.

- Sabes que tienes que levantarte, ella vendrá con agua y no será lindo - pausa - para ti, porque amo cuando te mojas

Gruñó sin ánimos de poder golpearlo por su comentario con doble sentido. Su pecho vibra de forma exquisita cuando ríe por mí reacción, su voz cuando canta es del cielo pero su risa, su risa me puede poner de rodillas.
Alzó un poco mi cabeza que encuentra el hueco de su cuello y hombro alejando su mano de mi nuca

- Era sacarla de la cama, no hacerla derretir en ella con tu canciones o lo que sea - le regaña Kira

- ¿También la escuchaste? - murmuró ya despierta pero con los ojos cerrados

- Claro que sí perra, ahora arriba o te rompo un libro - amenaza y se que no juega. Me despegó de la comodidad del pecho de mi novio y me siento en la cama

- Por el altísimo, con eso no se juega Loca - le apuntó con un dedo

- Bien creo que debí empezar por hay - dice negando más para ella que para mí. Restriego mis ojos y me obligó a caminar hasta el baño

- Ponte encaje - grita Cerez antes de cerrar la puerta

- Mamalo D'angelo - le digo pareciendo irritada pero la verdad me gustaría que me despertará más seguido así.

La única forma que me gustara los lunes, son los lunes de temporada. Solo en estas fechas las clases se suspenden para que así los del equipo se prepararan una vez más, mientras los demás nos organizábamos para llevar refrigerios, hacer material de apoyo para nuestro equipo y demás.

Claro solo si le quitáramos que Kira quiere estar lista desde las 8am, todo estarías de maravilla. Solo porque quiere ir hasta la tienda de los uniformes donde también venden las camisas de los jugadores. Según mi amiga era de extrema importancia que yo tuviera la camisa con el número de mi novio futbolista, ahí me di cuenta que muchas chicas iban por las suyas con el número de muchos del equipo, incluso el de Arios, cosa que no debería porque Nina es la novia de este.

Eres tan Gay como para ser GayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora